Li no ElPais que "con la
participación más baja de la historia electoral de la capital (55,2%, 12 puntos
inferior a los comicios de 2011), la primera parte del sondeo de Metroscopia
para EL PAÍS sobre el Clima político y social de la ciudad de Madrid
dibuja un panorama político nebuloso. Los fieles del PP y del PSOE
son los únicos que seguirían apoyando mayoritariamente a sus partidos en unas
hipotéticas elecciones, mientras una buena parte de su electorado prestado o se
abstendría o todavía se está pensando a quién votar (32,6% en el caso del PP y
29,2% del PSOE, sumando ambos conceptos).Con estas salvedades, y por un
estrechísimo margen, el Ayuntamiento de
Madrid podría volver a manos de la izquierda (PSOE e IU en coalición) por
primera vez en 26 años. Los populares no podrían dirigir el Ayuntamiento, ni
siquiera con el apoyo de UPyD,
ya que la candidatura de Ana
Botella pierde un tercio de sus concejales y pasaría de 31 a 21 ediles (del
49,7% de los votos en 2011 al 30,2%). La mayoría absoluta está fijada en 29
concejales. El resto de los sillones, hasta completar 57, se dividirían así: 15
para el PSOE, los mismos que ahora tiene; 14 para IU (en los últimos comicios
de 2011 obtuvo 6) y 7 para UPyD (frente a los 5 actuales).
El último
alcalde socialista fue Juan Barranco, que ganó las elecciones en 1987 con
mayoría simple. Sin embargo, una moción de censura le arrebató el bastón de
mando en 1989, que pasó así a Agustín Rodríguez Sahagún, del CDS, con el apoyo
del PP. En 1991, ganó José María Álvarez del Manzano, del PP. Y la izquierda no
volvió a gobernar el Consistorio en más de dos décadas. Hasta ahora. Sin
embargo, los expertos insisten en que “las diferencias son tan reducidas que
prácticamente con los mismos datos podría producirse un resultado con
consecuencias totalmente distintas: UPyD podría hacerse con un escaño más a
costa del PSOE”, lo que colocaría a los magenta “en posición privilegiada de
cara a la formación de coaliciones mayoritarias de distinto signo”. Y es que
dado el malestar de los electores con los grandes partidos (PP y PSOE), lo más
probable es que el sondeo (600 entrevistas efectuadas el pasado lunes) refleje
fundamentalmente “el comportamiento de sus más fieles electores, los que más se
identifican con el partido y no lo abandonan ni en los peores momentos”. Por
eso, lo más probable es que la participación terminase aumentando varios puntos
en caso de celebrarse elecciones reales, un aumento que posiblemente
beneficiará” a populares y socialistas en detrimento de IU y UPyD. Todo podría
así cambiar.
Y es que el
PP tiene recorrido electoral de aquí a 2015 si retiene a sus fieles. El
desgaste que sufre a nivel nacional le dificulta la captura de votos en
caladeros ajenos. El PP solo conseguiría movilizar al 52,5% de los votantes que
le apoyaron en 2011, ya que el 17,1% se quedaría en casa, el 15,5% aún no ha
decidido si volvería a coger la misma papeleta, el 4,4% apoyaría a UPyD, el
3,3% votaría al PSOE, y el 2,2% a IU. El PSOE de Jaime Lissavetzky,
aunque se encuentra en peor situación electoral que los populares, tiene, sin
embargo, posibles vías para aumentar su caudal electoral de aquí a dos años:
primero tiene que conseguir retener a los desmovilizados, pero también puede
atraer votos del PP (3,3%), de IU (6,6%) y de UPyD (2,8%). En el caso de IU, el
60,7% repetiría voto y, además, esta coalición recibiría una gran cantidad de
papeletas de exvotantes socialistas: un 24,5%. Los seguidores de David Ortega,
de UPyD, son los más fieles (63,9%) y apenas dejarían escapar apoyos hacia
otras formaciones. Por conocimiento, Ana Botella es la más reconocida de las
figuras políticas locales. El 99% de los madrileños sabe quién es, mientras que
a Lissavetzky lo reconoce el 72%, a Ángel Pérez el 39% y de David Ortega solo
han oído hablar poco más de uno de cada 10 ciudadanos (el 12%).
Este último
es el que logra más grado de aceptación entre los madrileños, ya que al 28% le
parece bien su gestión y al 45% mala (-17 puntos en el balance). Curiosamente,
Ortega es rechazado mayoritariamente por sus propios votantes: un 67% lo
desaprueba. Pérez es respaldado por un 29% de los ciudadanos y desaprobado por
un 48% (-19); Lissavetzky lo es respectivamente en un 25% y 47% (-32). La peor
nota es para Botella (-61). Solo aprueba su manera de llevar el Ayuntamiento un
16%. En política nacional, Mariano Rajoy logra un -53 y Alfredo Pérez Rubalcaba
un -81. Los encuestadores han preguntado también sobre si Botella lo hace mejor
al frente del Ayuntamiento que Alberto
Ruiz-Gallardón, su antecesor. El 53% contesta que peor, el 38% que igual y
el 5% que mejor. Pero si se acerca la lupa a los votantes fieles del PP, los
datos no están tan claros. La mitad exacta cree que lo hace igual y el 8%
mejor. Por el contrario el 38% considera que su gestión es más deficiente que
la del actual ministro de Justicia. Por partidos, los votantes de UPyD son los
más duros con Botella. El 83% cree que su mando es peor que el del anterior
regidor, mientras que los socialistas (36%) son más condescendientes y creen
que lo hace igual de bien o igual de mal. El 1%, mejor. Aunque la situación
política del municipio presenta rasgos muy similares a los de la Comunidad de
Madrid y del resto de España, tiene uno que la diferencia: lo relacionado con
sus líderes. Tanto Mariano Rajoy como Ignacio González, presidente de la
Comunidad, tienen más apoyos que rechazos entre sus votantes (51% y 58%,
respectivamente), frente al 42% de la alcaldesa Botella. En el lado socialista,
Lissavetzky también es más criticado por los suyos que aprobado (47% de
desaprobación), pero con otra diferencia: “En mucha menor medida de lo que lo
son Rubalcaba (76% de los votantes del PSOE en contra) y el secretario del
Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, al que rechaza el 59%”, dice el
sondeo"