Escreve
o ABC que "ningún dirigente
regional ve refrendada su gestión con un aprobado. Solo se salvan los
presidentes de Ceuta y Melilla. Extremadura
es una de las comunidades más beligerantes contra el déficit a la carta. José
Antonio Monago se niega a que la Generalitat de Cataluña afronte los ajustes
con más margen que las autonomías que sí han cumplido sus compromisos
presupuestarios. Tampoco está dispuesto a pagar los «ERE de Andalucía» ni «esas
embajadas que han seguido manteniendo». Los presidentes de Aragón, Madrid y Galicia, aunque
no lo expresen así, mantienen la misma postura. El debate de los objetivos de
déficit para el próximo ejercicio ha hecho que algunos mandatarios se hayan
cruzado reproches e incluso criticado a Mariano Rajoy. Buscan aire para
ajustar lo menos posible sus cuentas, sí, pero también necesitan agitar a su
electorado.
Y es que, según el barómetro autonómico que
difundió el CIS en mayo, ningún dirigente regional ve refrendada su gestión con
un aprobado. Solo se salvan los presidentes de las ciudades autónomas de Ceuta
y Melilla. Hay presidentes, caso de Yolanda Barcina (Navarra), que
suspenden de forma clara. Otros, la mayoría, se quedan en el regular. Pero
ninguno aprueba. Ante la pregunta «¿Cómo calificaría usted la actuación de su
presidente?», el 36,7% afirma que es regular, el 31,7 mala o muy mala y solo un
23,5 dice que es buena o muy buena. Otro 7,5% dice no saber nada.
Juan Jesús Vivas (Ceuta) y Juan José Imbroda (Melilla) son la excepción: no son presidentes
autonómicos y aprueban. Vivas es el alumno aventajado: suma un 60,3% entre
quienes ven su gestión como buena o muy buena. Un porcentaje pequeño del 12,8
la califica como mala o muy mala. El presidente de Melilla, por su parte, logra
una aprobación del 54,5%. Aquí se acaban las buenas notas. Es una presidenta que ya no ejerce, Esperanza Aguirre,
quien suma el porcentaje más alto de la suma de una gestión buena o muy buena:
35,6%. El sondeo, aunque hecho público este mes, se realizó entre septiembre y
octubre de 2012, coincidiendo con la renuncia de Aguirre a la presidencia de la
Comunidad de Madrid. Su figura se mueve en los extremos. Otro 41,4% veía como
malo o muy malo su gobierno.
En el lado opuesto se sitúa Yolanda Barcina, presidenta
de Navarra. Hasta un 33,8% de los navarros coinciden en que su gestión es
muy mala. Y eso que el trabajo de campo se realizó antes de destacados
políticos fueron imputados por el cobro de dietas dobles y triples de la CAN.
Otro 29% valora su gobierno malo. Este porcentaje también es el más alto,
comparado con los demás dirigentes autonómicos. En el resto de mandatarios manda el regular. Hay algunos
que superan el 40%. Ocurre con el presidente de Canarias, Paulino Rivero
(46,2%); del extremeño, José Antonio Monago (45,1%); del castellanoleonés, Juan
Vicente Herrera (41,2%), del gallego, Alberto Núñez Feijóo (41,1%) y
del andaluz, José Antonio Griñán (41%). En ninguno de estos casos la
suma del bien o muy bien supera el porcentaje de regular. A Rivero solo un 0,8%
de los canarios lo ve como un buen presidente.
Para el 27,9% de los catalanes, Artur Mas es un
buen dirigente. Presenta, junto al de La Rioja, Pedro Sanz, la tasa más
alta en este rango. Ambos integran la segunda categoría, la de los presidentes
«regulares» en el entorno del 30%. Les acompañan Alberto Fabra,
presidente de la Comunidad Valenciana (39,7%); Javier Fernández,
presidente de Asturias (37,5%); Luisa Fernanda Rudi, presidenta de
Aragón (35%); José Ramón Bauzá, presidente de Baleares (32,8%) y Ramón
Luis Valcárcel, presidente de Murcia (32,7%). La gestión de María
Dolores de Cospedal es regular, según el 29,9% de los castellanomanchegos,
mala para el 23,4 y muy mala para el 19,2. En los últimos meses, los ciudadanos han considerado a la
clase política como uno de los principales problemas de España, alcanzando
cifras desconocidas hasta ahora. Este hecho también se da en las autonomías.
Así, en la Comunidad Valenciana, los políticos son un problema mayor que la corrupción, al contrario de lo que pasa en el
ámbito estatal. En general, los encuestados perciben que la corrupción está más
extendida cuando les preguntan por España. Cuestionados por sus propias
comunidades, ven con más preocupación la prestación de servicios como la
sanidad o la educación. En cualquier caso, el
desgaste de los presidentes autonómicos es menor que el de los dirigentes
nacionales. El 68,5% de los españoles ve mala o muy mala la gestión del
Gobierno del PP. El porcentaje crece hasta el 71,1% cuando piden a los
encuestados que valoren la oposición del PSOE"