Segundo o ABC, "el número de ciudadanos partidarios de un Estado con un único Gobierno
central no para de crecer, mientras cae el apoyo al reparto de competencias
entre las comunidades. Siete de cada diez españoles piensan que el Estado de las
autonomías ha funcionado regular, mal o muy mal. Solo un 31% aboga por mantener
una organización estatal culpable, también para un tercio de la población, del
aumento del gasto público. En los años de la crisis, el porcentaje de españoles
partidarios del «café para todos» ha caído al 31%, un apoyo mínimo solo
comparable con el de los años ochenta. El barómetro de abril del Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS) confirma una tendencia que comenzó en 2006: cada
vez son más los españoles que apuestan por un Estado con un único Gobierno central.
Sin autonomías. Lo piensa el 23,6%. La representación gráfica de este apartado
tiene forma de «V»: en los años ochenta el porcentaje rondaba el 30%, cayó al
9% al calor del dinero fácil a comienzos de siglo y ha recuperado tasas
superiores al 20% en los años de la resaca del ladrillo. [Consulta
el barómetro del mes de abril (PDF)]
Quienes mantendrían el sistema actual dibujan una «V» invertida. Ahora,
como en los ochenta, solo lo apoya un tercio de los españoles. En 2006, cuando
alcanzó su punto máximo, era el 54% quien declaraba estar satisfecho.
Un 14,9% de los encuestados estaría más cómodo en un Estado donde las
comunidades autónomas tengan menos competencias. La cifra, desde que
comenzó la crisis, no ha hecho más que crecer. En el lado contrario, y con un
porcentaje similar (12%), se sitúan los que ven preferible un Estado más
descentralizado. Sin embargo, desde que Zapatero llegó al poder en
2004, esta cifra no ha hecho más que caer, por mucho que el expresidente se
empeñara en otorgar más competencias a las autonomías. Solo un 9,1% se declara
partidario en el barómetro de abril de reconocer a las comunidades la posibilidad
de convertirse en estados independientes. La causa secesionista cotiza a la
baja. Aunque no en Cataluña, donde el 33% se muestra partidario de la
independencia. Cataluña es la comunidad que lidera el grupo que rompe la
tendencia centralizadora. Casi cuatro de cada diez catalanes consideran que
España debería reconocer a las autonomías la posibilidad de independizarse. En
el País Vasco lo piensa el 25,7% de los encuestados. Pero si en Cataluña
solo el 16,7% mantendría el Estado autonómico actual, en el País Vasco ese
porcentaje crece al 42,2%. La mitad de los navarros, reacios a ceder
autogobierno, se encuentran cómodos en este encaje territorial.
Murcia es la comunidad que encabeza la oposición al «café para todos». Cuatro de cada diez murcianos quieren un único Gobierno
central. Le siguen las dos Castillas y la Comunidad de Madrid, todas
ellas rozando el 40%. Aragón, Extremadura, la Comunidad Valenciana y
Cantabria completan este grupo. El PP gobierna en todos estos territorios. Y
es que los votantes del arco de la derecha son los más predispuestos a este
modelo territorial. Seis de cada diez se muestran partidarios de eliminar las
autonomías o restarles poder, y solo un 6,1% optaría por descentralizar las
competencias. Los votantes del PSOE (40%) mantendrían el estatus actual, casi
tantos como los de IU, que también ven con buenos ojos otorgar más
autonomía a las comunidades. Los electores de UPyD (35,5%) devolverían
competencias al Estado y siete de cada diez votantes de CiU piden que el
Estado haga posible la independencia de las autonomías. Precisamente, el
Gobierno del PP está decidido a adelgazar la Administración más descentralizada
de Europa. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría,
afirmó esta semana que el Ejecutivo ya ha dado los primeros pasos en el adelgazamiento de las administraciones.
Mientras ultima la reforma de la Administración Pública, el ajuste en el sector
ha reducido el empleo público en 374.800 personas, un 12%. El grueso del
personal público está en las comunidades autónomas: la Administración General
del Estado solo representa el 21,7% del empleo público total frente al 50% de
las autonomías. Los gallegos (49%), los andaluces (46,2%) y los riojanos
(41,1%) son quienes más cómodos se encuentran con el actual reparto de
competencias"