Segundo o ABC, "la moda, el lujo y el glamour son los nexos entre las hijas de la
presidenta argentina, Cristina de Kichner; el Jefe de Estado de Bolivia, Evo
Morales, y el fallecido mandatario venezolano, Hugo Chávez.
La «campesina» viste de Chanel
La vida de Eva Liz Morales Alvarado, hija del
presidente boliviano Evo Morales, dio un giro de 180 grados desde el
momento en que su padre asumió la jefatura del Estado en enero de 2006. Hasta
el 2 de octubre de 2002, cuando tenía ocho años, vivió bajo el cobijo legal y
económico de su madre, Francisca Alvarado, una dirigente campesina de moderados
recursos económicos. Tras siete años de proceso, la justicia boliviana
dictaminó que Morales debería reconocer a la menor y asignarle una pensión de
150 dólares mensuales. Al entonces dirigente cocalero y diputado nacional no le
quedó más remedio que cumplir el fallo.Tres años más tarde, ya en el sillón
presidencial, hizo algo más que eso: abrió las puertas del Palacio de
Gobierno a su «enana» -como la llama cariñosamente- y le asignó el rol de
primera dama en ciertos eventos internacionales. Su primera aparición pública
bajo ese rótulo se produjo en agosto de 2010 cuando, vestida con un traje de
dos piezas de Chanel, acompañó a su padre en los actos por el aniversario
patrio. Un año antes había sido
consciente del cambio en su vida. La joven celebraba su 15 cumpleaños en una
renombrada discoteca de la ciudad de Oruro con 200 invitados y luciendo
un traje diseñado por Mónica Siles para la ocasión. A fines de enero de este
año, Eva Liz acompañó a su padre a la cumbre de la Celac-UE en Santiago. Su
visita se plasmaba en fotografías que desataron comentarios sobre el cambio de
imagen de la joven y su exótica belleza. A sus 19 años, vive en un departamento
de la zona sur de La Paz, cerca de la universidad privada donde cursa el tercer
semestre de la carrera de Derecho en la Universidad Católica Boliviana
(UCB). Paga una pensión que cuesta el doble de lo determinado por el juez como
asistencia familiar. Aunque evita entrevistas, revela algunos de sus
sentimientos a través de las redes sociales. «Aprendí a darle tiempo al tiempo,
a esperar el momento, que todo llega cuando tiene que llegar... (Por Andro Plaza, desde La Paz)
La hija predilecta de Hugo Chávez se mantiene en el poder
De origen humilde, María Gabriela Chávez aprendió a saborear el
lujo, a ser glamourosa luciendo vestidos de alta costura, a viajar por todo el
mundo en aviones presidenciales y a codearse con la jet-set internacional
durante los catorce años que su padre estuvo en el poder. Como hija predilecta
del que fue presidente venezolano Hugo Chávez, disfruta de las mieles
del poder incluso después de la muerte del mandatario el pasado 5 de
marzo. María Gabriela sigue viviendo con
su familia en la residencia presidencial y paseando en los aviones oficiales. No
ocupa ningún cargo en la Administración pública y tampoco tiene una pareja que
la mantenga, pero lleva un tren de vida que pocas personas sin trabajo
pueden permitirse. Su actividad pública más notoria es ensalzar la imagen de su
padre, a quien llama «Gigante» en su perfil en Twitter, @Maby80.
María Gabriela es muy coqueta y le gusta vestir al último grito de la moda. Usa
gafas de sol oscuras de la firma Dolce&Gabbana y carteras Louis
Vuitton. Le gusta asistir a los conciertos de Madonna y de Justin
Bieber y a las carreras de Fórmula 1. Se la ha visto frecuentar los sitios
exclusivos de Bariloche y la Patagonia. La «niña consentida» del fallecido Hugo
Chávez es también conocida por una larga lista de novios. Su papá le
presentó al nieto de Salvador Allende para que sentara cabeza, pero fue
una relación que no cuajó. Después se fotografió con el piloto de Fórmula 1 Pastor
Maldonado durante el Gran Premio de Barcelona. Actualmente, María Gabriela
mantiene una relación amorosa con Manuel «Coco» Sosa, un atractivo actor
de telenovelas que causa furor entre las venezolanas. (Por Ludmila Vinogradoff, desde Caracas)
De viaje en el avión presidencial
La benjamina de los Kirchner, Florencia Kirchner, está acostumbrada
a disfrutar del lujo y los privilegios de ser la hija de la presidenta de
Argentina, Cristina de Kirchner. La multimillonaria fortuna de la
familia y la suya como heredera del fallecido expresidente Néstor Kirchner
le permiten llevar una vida poco habitual para su edad. Con 23 años, «Flor»,
como se la conoce en la intimidad, sube y baja de los aviones a capricho. En
pleno «cepo cambiario», expresión que resume el bloqueo a la adquisición de
divisas que sufren los argentinos, la joven -según publicó la revista
«Noticias»- viajaba hace unos meses a París y a Roma a todo trapo. En ambas
ciudades, escoltada por medida docena de guardaespaldas, disfrutó con los
escaparates de las firmas de alta costura más selectas del mundo y almorzó en
los restaurantes más chic del momento. Como a su madre, le encantan los
bolsos y la firma Louis Vuitton es su favorita. «Floppy», otro de sus
sobrenombres, no tiene estudios universitarios, pero intentó terminar unos
cursos de cine en Nueva York. Allí, algunas fuentes aseguran que vivió en una
habitación del campus, pero otros medios publicaron que vivió en un
apartamento propiedad de la familia en la Gran Manzana valorado en cerca de
cinco millones de euros. Tras la muerte de su padre, la exadolescente
rebelde volvió a Buenos Aires, donde lleva una vida más discreta. Colabora con La
Cámpora, la organización juvenil ultra «K» que fundó su hermano Máximo y a
la que pertenece un joven con el que se la relaciona. La heredera de
-oficialmente- quince millones de pesos (unos 2.200.000 euros al cambio
oficial) aprendió a conducir por los jardines de la quinta (chalé) de Olivos,
residencia privada de los presidentes. Las polémicas por sus viajes en el
«Tango 01», avión oficial de la Presidencia, ocuparon amplios espacios en la
prensa. En el 2010, hacía uso del mismo para recorrer 6.000 kilómetros y acudir
al cumpleaños de una amiga (Por Carmen de
Carlos, desde Buenos Aires)".