segunda-feira, dezembro 29, 2025

¿Cuáles son las curvas que debe enfrentar Canarias en 2026?



Agárrense que vienen curvas. El Gobierno de Canarias lleva semanas advirtiendo de que las circunstancias de 2026 «vienen mal dadas», que el escenario económico se presenta complicado y que el Archipiélago se enfrenta a desafíos, tanto a nivel nacional como internacional, que nos distanciarán de los espectaculares crecimientos de los años anteriores. Sin embargo, Canarias encara este cambio de ciclo económico desde una buena posición en la parrilla de salida, con excelentes números en empleo, turismo e incremento de la riqueza y muchos de los deberes hechos. Por lo que no se espera un trazado tan complejo como el del Gran Premio de Mónaco, ni una curva tan peligrosa como la de Loews. Pero curvas habrá, y en las curvas siempre hay que tener cuidado: huir del blanco, acelerar en la cúspide y entrar en buena posición. Pero, ¿cuáles son esos giros que tienen en alerta a quienes pilotan el monoplaza canario? La ralentización de la economía, el bloqueo político a nivel nacional, las negociaciones para el nuevo marco de financiación europeo y el contexto geopolítico internacional son cuatro aspectos que pueden marcar el devenir económico en el Archipiélago en el próximo año.

1. Moderación económica

El primero de los puntos que genera incertidumbre es la indudable desaceleración del ciclo económico. Canarias lideró en 2024 el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) a nivel nacional, registró el mayor incremento porcentual del PIB per cápita y fue la comunidad en la que más bajó el paro. La tasa de inflación se ha moderado y las buenas perspectivas económicas se notan en el ritmo de creación de empresas y el empleo. Al mismo tiempo, el Archipiélago se ha acostumbrado a los máximos históricos: en número de turistas, en facturación del sector, en volumen de ocupados, especialmente en los autónomos, o en el montante de licitaciones públicas. Se han rebasado muchos de los datos que había antes de la pandemia, por ejemplo, en creación de empresas, disminución del paro o niveles de consumo. Aunque no se debe olvidar que no es oro todo lo que reluce y Canarias continúa arrastrando problemas estructurales como los bajos salarios, la productividad o los elevados niveles de pobreza, que muestran que los mecanismos de reparto de la riqueza no están funcionando tan bien como deberían. Aun así, el crecimiento económico ha sido notable e incuestionable en los últimos años. En 2023, el PIB de las Islas se incrementó un 4,1%. En 2024 el alza se situó en un 4,4% y para 2025 se estima que sea de un 2,9%. Para el próximo año, la previsión del Gobierno de Canarias es que la economía del Archipiélago aumente un 1,9%.

De manera que seguiremos creciendo, sí, pero a un ritmo menor que antes. Lo que significa que el rebote que se produjo en la economía tras el covid -después del desplome que ocasionó la pandemia y que fue todavía más acusado en Canarias- cada vez va siendo menos intenso. «Las curvas vienen, habrá una caída de la tasa de crecimiento, pero no un descenso», explica el economista y director de consultoría de Corporación 5, José Miguel González. Y, ¿cómo se traducirá esto en la economía más cotidiana? Podrán seguir produciéndose incrementos en empleo, por ejemplo, y seguir creándose puestos de trabajo, pero no al mismo ritmo. Algo similar ocurrirá con el paro, que puede incluso incrementarse si se incorpora población activa.

«El empleo ha crecido muchísimo y hemos tenido una salida de la crisis del covid inesperadamente buena, ahora lo lógico es que se vaya moderando», recalca el catedrático de Economía de la Universidad de La Laguna (ULL), José Luis Rivero Ceballos, que al mismo tiempo puntualiza que nada hace prever que nos encontremos ante una nueva crisis «ni muchísimo menos». El escenario no es que se produzcan tasas de variación negativa, ni una reducción de la actividad o pérdida masiva de empleo, pero sí una ralentización de esos ritmos de crecimientos tan acelerados.

Un escenario económico del que ya ha tomado nota el Gobierno de Canarias y para el que está en guardia. Aunque para ello haya tenido que renunciar a una de las medidas que tanto Coalición Canaria (CC) como el Partido Popular (PP) –los grupos que sustentan al Ejecutivo– blandieron como receta durante toda la pasada legislatura: la rebaja del IGIC. Y tras dos años de reclamaciones por parte de los grupos de la oposición –que no la aplicaron cuando gobernaron–, el vicepresidente, Manuel Domínguez, zanjó hace unas semanas la cuestión y dejó claro que la prometida rebajada del 7% al 5% no se produciría en los años que quedan de mandato porque las condiciones no son las mismas y, ahora, solo permiten hacer rebajas «quirúrgicas».

Una decisión con la que Rivero Ceballos se muestra de acuerdo. «No deben tocarlo, es una promesa que está bien que se incumpla», sentencia. Y advierte que Canarias necesita recursos para reforzar los servicios públicos, en un contexto en el que se acabarán los fondos que han llegado derivados de los programas especiales que activó la Unión Europea (UE) tras la pandemia. «El presupuesto de la comunidad autónoma debe ir adaptándose a no tener esas inyecciones extraordinarias», apunta.

Para José Miguel González, el Gobierno no debe ser «un espectador más» ante el cambio de tendencia económica. «Tiene que hacer una política anticíclica y no atrincherarse». Por eso, ante los niveles de recaudación récord, debería aplicar «una política fiscal expansiva» para aliviar, sobre todo, a quienes puedan verse más perjudicados por el nuevo escenario económico.

2. Bloqueo nacional

La situación política a nivel nacional también es otro de los factores que genera incertidumbre. Con un Gobierno estatal sin los apoyos suficientes en el Congreso, con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) prorrogados desde 2023 y un clima electoral que enturbia todas las negociaciones, el Gobierno de Canarias insiste en que hay varios aspectos que generan preocupación. «La bronca política en Madrid frena las respuestas que necesita Canarias», sentencia el viceconsejero de Presidencia, Alfonso Cabello, que señala especialmente a la falta de unas cuentas públicas. El clima político, en el que la falta de acuerdo y la inestabilidad marcan la agenda, obliga al Archipiélago a pelear casi mes a mes por unas partidas que, además, no están actualizadas. «El escenario de 2026 no es el mismo que el de 2022, las partidas no se han dimensionado, solo con la aplicación del IPC el aumento debería de estar por encima del 10%», señala.

El Gobierno regional también tiene otro ojo puesto en los cambios que pueden producirse en financiación autonómica, con unas negociaciones que por la aritmética parlamentaria que necesita el Gobierno de Pedro Sánchez se están produciendo de manera bilateral con Junts, el partido que lidera Carles Puigdemont. El presidente canario, Fernando Clavijo, ya ha advertido que el proyecto de Ley que el Consejo de Ministros ha remitido al Congreso de los Diputados sobre lo que se conoce como condonación de la deuda, perjudica a Canarias. No solo por ser una de las comunidades más cumplidoras, sino porque también puede ser el primer paso para integrar los recursos vinculados al Régimen Económico y Fiscal (REF) dentro del sistema de financiación autonómica general.

«Una de las cosas que defenderemos siempre es que para Canarias es irrenunciable la separación de la financiación autonómica de los fondos del REF», apunta el viceconsejero de Economía e Internacionalización, Gustavo González, después de que el Ejecutivo canario haya detectado esta intención y haya amagado, incluso, con acudir a los tribunales para defenderlo si fuera necesario. Si llegara a integrarse en el reparto de fondos a nivel autonómico «el REF perdería su fin», que es el de poner a los canarios en igualdad de condiciones respecto al resto de ciudadanos del Estado. «Primero hay que cumplir eso y a partir de ahí el reparto en base a unas condiciones», sentencia González. Por lo que, el Archipiélago se mantiene alerta también en esta cuestión que dota de inestabilidad al 2026.

Pero esta parálisis política nacional también tiene repercusiones en el contexto doméstico. El próximo año debe ser el ejercicio en el que cristalicen muchas de las políticas puestas en marcha por el Ejecutivo autonómico. En los años anteriores se han desplegado una batería de medidas que han incrementado las obligaciones presupuestarias. Reducción de listas de espera en sanidad o altas en el sistema de dependencia que hacen necesarios más recursos, en un momento en el que los PGE están congelados en el tiempo.

3. Financiación europea

El próximo año Canarias también tendrá que dar la batalla en Bruselas. ¿El motivo? Las pretensiones de diluir en un totum revolutum los fondos europeos. Unos recursos que hasta ahora se dirigían en programas específicos a las Islas y que la Comisión pretende aglutinar en macroproyectos estatales, de los que el Archipiélago saldrá, sin duda, perdiendo. La negociación del nuevo marco financiero plurianual 2028-2034 –presentado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen– ha puesto a Canarias en pie de guerra. La pretensión es introducir 18 intervenciones, hasta ahora bien diferenciadas, en un único paquete financiero que se encargaría de gestionar cada estado miembro. Con lo que el dinero que llega a Canarias a través de estrategias tan vitales como el Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad (Posei) estarían totalmente en riesgo. Si esto ocurriese y las Islas perdieran la tutela de Bruselas en el reparto de estos fondos, se corre el riesgo de que la distribución no se realizara en función de las necesidades de cada territorio –quedando totalmente diluida la condición de Región Ultraperiférica que tiene Canarias– sino en clave de matemática parlamentaria.

En este sentido, el Archipiélago está negociando y proseguirá alzando la voz ante el Parlamento, el Consejo y la Comisión europea para que no se materialice esta pretensión. El argumento principal es que esta remodelación vulnera el artículo 349 del Tratado de Funcionamiento de la UE, que reconoce la singularidad de las RUP y obliga a la Comisión a velar por su desarrollo económico y social. «Queremos mantener a toda costa nuestra vinculación directa con Bruselas para garantizar nuestra condición de RUP», valora Gustavo González, que reconoce que esta será otra de las curvas cerradas a las que tendrá que enfrentarse el Archipiélago el próximo año. El riesgo si no se consigue es muy alto: Canarias podría perder unos 2.000 millones de euros anuales. «Vamos a desplegar una batería importante de actuaciones, con encuentros al más alto nivel para dar la batalla en Bruselas», explica Alfonso Cabello. Aunque el Ejecutivo que comanda Fernando Clavijo se ha mostrado ya esperanzado de que se pueda conseguir una condición singular para los territorios ultraperiféricos de la UE.

4. Contexto internacional

La inestabilidad internacional en varios frentes es otra de las curvas que tendrá que rebasar Canarias, si se diera el caso, ya que la incertidumbre sobre lo que puede ocurrir o no lleva años protagonizando las previsiones. Los vaivenes en la guerra comercial entre Estados Unidos (EEUU) y el resto del mundo o los conflictos bélicos, aunque no amenacen de manera directa al Archipiélago, sí pueden ocasionar consecuencias a nivel logístico o de conectividad que acaben afectando al principal motor de nuestra economía: el turismo. Podemos ser vulnerables a través de los efectos que tenga en las economías de los principales países emisores, aunque, hasta ahora la inestabilidad internacional y las dificultades económicas que ya se han producido en países como Alemania o Francia han afectado muy poco a la llegada de turistas. Así hasta el acumulado a octubre de este año, el número de visitantes en Canarias ascendió a 15,1 millones de personas un 4,4% más que en el mismo periodo de 2024, pudiendo cerrar el año en una cifra algo por encima de los 18 millones de turistas, nuevo récord histórico. Sin embargo, la dinámica del sector ya dado alguna señal de que el ritmo se está, al menos ralentizando, y que, de nuevo, tenemos que volver a acostumbrarnos a crecimientos más moderados o incluso un suave aterrizaje de las cifras.

Lo que es cierto es que esta actividad y la dependencia que el Archipiélago tiene de ella supuso que el golpe a la actividad económica fuera mucho mayor en la región durante la pandemia, pero también que el despegue haya sido más acusado a partir de 2022. Parece que cada vez es más difícil renunciar a las vacaciones y esta inversión persiste a pesar de los malos contextos económicos o la importante subida de los precios que ha experimentado el sector. «Lo que es cierto es que se ha convertido en una parte del gasto de consumo natural de una gran parte de la población europea y eso nos da fortaleza», explica el catedrático de Economía, José Luis Rivero Ceballos, que puntualiza que, al menos en este sector «no parece que haya malas perspectivas»(Canarias7, texto da jornalista Dalia Guerra)

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