Después de que la “Primavera árabe” y los movimientos de protesta
provocaran en 2011 ascensos y caídas, la Clasificación Mundial de la Libertad de
Prensa 2013 publicada por Reporteros sin Fronteras muestra el retorno a una
cierta normalidad. La posición de un gran número de países se encuentra menos
ligada a la intensidad de la situación política. Así, con la Clasificación 2013
apreciamos mejor la actitud y las intenciones de los regímenes frente a la
libertad de prensa a mediano y largo plazo.
En la cima de la clasificación, los tres países europeos que
ocuparon los primeros lugares el año pasado, conforman de nuevo el trío a la
cabeza. Por tercera vez consecutiva, Finlandia se distingue
como el país más respetuoso de la libertad de prensa. Le siguen los
Países Bajos y Noruega. Incluso tomando en
cuenta numerosos criterios, la violencia contra los periodistas, así como el
marco jurídico, los países democráticos ocupan la parte superior de la
clasificación. En la más baja, tres países dictatoriales conforman el “trío
infernal”. Se trata de los mismos del año pasado: Turkmenistán,
Corea del Norte y Eritrea.
“La Clasificación Mundial publicada por Reporteros sin Fronteras
no toma en cuenta directamente el tipo de régimen político. Sin embargo, aparece
claramente que las democracias protegen mejor la libertad de producción y
difusión de información factual que los países que menosprecian otros derechos
humanos”, señaló Christophe Deloire, Secretario General de Reporteros sin
Fronteras. “En las dictaduras, los actores de la información están expuestos a
despiadadas represalias, contra ellos y sus allegados. En numerosas democracias,
los actores de la información se enfrentan a la crisis económica de la prensa y
a los conflictos de interés. Si bien estas situaciones no son siempre
comparables, hay que rendir homenaje a todos los que resisten las presiones, ya
sean marciales o difusas”.
Con ocasión de la publicación de la Clasificación Mundial 2013,
Reporteros sin Fronteras publica por primera vez un índice anual de la libertad
de prensa. Gracias a la creación de este nuevo indicador, Reporteros sin
Fronteras contará con una herramienta analítica del desempeño global de los
países, que le permitirá evaluar el estado general de la libertad de informar.
Debido al desarrollo de las nuevas tecnologías y a la interdependencia de los
Estados y las poblaciones, no es posible apreciar la libertad de producción y
circulación de información si no se cuenta con una medida a escala mundial. En
2013 el índice asciende a 3.395 puntos, una cifra de referencia para los
próximos años.
La declinación regional del índice permite apreciar la situación
relativa por grandes zonas. El cálculo se basa en una media establecida en
función de la población, con resultados que van de 0 a 100; cero representa una
situación ideal. El estudio muestra que la zona Europa obtiene un resultado de
17,5 sobre 100. Le sigue la zona Américas (30,0), África (34,3), Asia-Pacífico
(42,2), Rusia y los países de la ex URSS (45,3). Pese a los movimientos de la
Primavera Árabe, la región de Oriente Medio-África del Norte (48,5) se ubica en
último lugar.
La importancia que tiene el número de periodistas y netciudadanos
asesinados en el ejercicio de su profesión en 2012 (el año más mortífero
registrado por Reporteros sin Fronteras en su balance anual http://es.rsf.org/2012-hecatombe-pe...)
naturalmente influye de forma notable en la clasificación de los países donde se
perpetraron los crímenes, como Somalia (175o, -11),
Siria (176o, 0), México (153o, -4) y
Paquistán (159o, -8).
De la cúspide a los abismos
Una vez más, los países nórdicos demuestran su capacidad de
garantizar y mantener un ambiente óptimo para los actores de la información.
Finlandia (1o, 0), los Países Bajos (2o, +1) y
Noruega (3o, -2) conservan las tres primeras posiciones.
Canadá (20o, -10) evita por poco salir de la lista de los
veinte países mejor calificados. Es de notar la entrada en la clasificación de
Andorra (5o) y de Liechtenstein (7o), que se
ubican a poca distancia del trío a la cabeza.
En el otro extremo, el “trío infernal”
(Turkmenistán, Corea del Norte,
Eritrea) afianza su posición en la cola de la clasificación. La
llegada de Kim Jong-un como dirigente del reino ermitaño no cambió en nada el
control absoluto de la información que ha prevalecido en el país.
Eritrea (179o, 0), recientemente agitado por un corta revuelta
militar en el Ministerio de Información, continúa siendo una prisión a cielo
abierto para su población; periodistas mueren allí encarcelados. A pesar de su
discurso reformista, el régimen turkmeno no cede un milímetro de su control
totalitario de los medios de comunicación.
Por segundo año consecutivo, el “trío infernal” es precedido por
Siria (176o, 0), donde tiene lugar una sanguinaria guerra de la
información. Somalia (175o, -11), que acaba un año mortífero
para los periodistas, se hunde en las profundidades de la clasificación.
Irán (174o, +1), China (173o, +1),
Vietnam (172o, 0), Cuba (171o, -4),
Sudán (170o, 0) y Yemen (169o, +2) completan
la lista de los diez países menos respetuosos de la libertad de prensa. No
contento con encarcelar a periodistas y netciudadanos a diestra y siniestra,
Irán se distingue por ejercer abyectas presiones sobre las familias de los
periodistas, tanto en su territorio como en el extranjero.
Grandes mejoras
Respecto a los progresos más importantes, Malaui
(75o, +71) se lleva la palma por casi recuperar la posición que ocupaba antes de
los desvíos registrados al final de la presidencia de Mutharika. Costa
de Marfil (96o, +63), que sale de la crisis poselectoral entre
partidarios de Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, asciende mucho en la
clasificación y alcanza su mejor posición desde el año 2003.
Birmania (151o, +18) confirma su ligero avance, observado en la
edición precedente de la clasificación. Gracias a la Primavera Birmana, medidas
de apertura sin precedentes han permitido al país –que desde 2002 se ubicaba
cada año en los últimos quince lugares– acceder a una posición históricamente
alta. Afganistán (128o, +22) también registra un progreso
considerable. El hecho de que no haya periodistas encarcelados en el país
explica su ascenso; sin embargo, aún existen numerosos desafíos a superar, en
especial tras el retiro de las tropas extranjeras.
…y caídas vertiginosas
Malí (99o, -74) registra la caída más fuerte de
la clasificación, tras los acontecimientos que sacudieron el país en 2012. El
golpe militar del 22 de marzo en Bamako y la toma del norte del país por
independentistas tuaregs y grupos islamistas armados, expusieron a los medios de
comunicación del norte del país a la censura y las exacciones.
Tanzania (70o, -36) perdió más de treinta lugares. En espacio
de cuatro meses, un periodista fue asesinado cuando cubría una manifestación y
se encontró a otro muerto, manifiestamente fue asesinado.
Sacudido por movilizaciones por razones socioeconómicas, el
Sultanato de Omán (141o) descendió 24 lugares, la mayor caída
registrada en la zona de Oriente Medio-África del Norte en 2012. Cerca de 50
netciudadanos y blogueros fueron juzgados por ‘crímenes de lesa majestad’ y/o
‘delitos de cibercriminalidad’ tan sólo en 2012.
Si bien los periodistas que trabajan en el país gozan de una
verdadera libertad de expresión, pese a que existe censura militar,
Israel (112o, -20) cae debido a las exacciones cometidas por el
ejército israelí en territorios palestinos, que ahora se integran al cálculo, en
lugar de formar parte de una categoría contemplada de forma separada.
En Asia, Japón (53o, -31), minado por la falta de
transparencia y un casi nulo derecho de acceso a la información sobre los temas
relacionados, mucho o poco, con Fukushima, registra una fuerte caída que suena
como una advertencia. Malasia (145o, -23) se ubica en la
posición más baja que ha ocupado; experimenta una caída importante debido a que
el acceso a la información es cada vez más limitado. Es el mismo caso de
Camboya (143o, -26), donde se reforzaron el autoritarismo y la
censura; se dictó una larga pena de prisión contra un decano del periodismo.
Macedonia (116o, -22) también vive un descenso de más de veinte
lugares, entre retiros arbitrarios de licencias y la degradación del clima en
que se ejerce la profesión de periodista.
El balance, aligerado de los movimientos de
protesta
La edición precedente de la clasificación daba cuenta de una
situación particularmente rica, generada por la Primavera Árabe; así, el balance
mostró lo caro que pagaron los actores de la información la cobertura de los
movimientos de protesta. En 2012 se distinguen casos representativos entre: los
países donde se produjeron cambios de régimen (Túnez,
Egipto, Libia), los Estados donde las
rebeliones y su represión aún tienen lugar (Siria,
Bahréin) y, finalmente, los países donde las autoridades
lograron hacer suficientes compromisos y promesas para calmar las potenciales
reivindicaciones de cambio político y/o socioeconómico
(Marruecos, Argelia, Omán,
Jordania, Arabia Saudita).
Algunos de los nuevos gobiernos engendrados por estos movimientos,
cuyas reivindicaciones y aspiraciones a más libertades fueron difundidas
ampliamente por periodistas y netciudadanos, se han vuelto contra ellos. Entre
lagunas jurídicas, nombramientos de directores de medios de comunicación
públicos, agresiones físicas, repetidos procesos legales y falta de
transparencia, Túnez (138o, -4) y Egipto
(158o, +8) se estancan en posiciones poco gloriosas que le dan a
Libia (131o, +23), que progresó este año, una idea de los
escollos a evitar para garantizar y perpetuar su transición hacia una prensa
libre.
En Siria (176o, 0), el país más mortífero para
los periodistas en 2012, una guerra de la información causa estragos y afecta
tanto a periodistas como a netciudadanos, quienes son agredidos por el régimen
de Bashar Al-Assad, dispuesto a todo para reprimir en silencio, pero también por
facciones cercanas a la oposición, cada vez más intolerantes frente a las voces
discordantes. En Bahréin (165o, +8) disminuye ligeramente la
intensidad de la represión. En Yemen (169o, +2) las
perspectivas siguen siendo preocupantes pese a un cambio de poder Ejecutivo. La
ola de arrestos de netciudadanos en Omán (141o, -24) hace que
el país caiga, sacudido por reivindicaciones socioeconómicas.
En otros países afectados por movimientos de protesta, la
situación cambia tanto para bien como para mal. Vietnam (172o,
0), que había perdido seis posiciones en la edición precedente, no pudo
recuperar su lugar y, como segunda prisión del mundo para los netciudadanos, se
encuentra entre los diez países peor calificados. Uganda (104o,
+35) obtiene un lugar más conveniente, sin embargo, no alcanza el que tenía
antes de la represión de los movimientos de protesta de 2011.
Azerbaiyán (156o, +6) y Bielorrusia (157o,
+11), que también se habían hundido en la clasificación el año pasado debido a
la violenta represión de manifestaciones de oposición, siguen cerca del sitio
execrable que ocupaban. Chile (60o, +20) asciende en la
clasificación, tras haber vivido una caída vertiginosa en la edición precedente,
en la que había pasado del lugar 33 al 80.
La inestabilidad política pone a los periodistas en el ojo
del huracán
En cierto número de países, la inestabilidad política divide al
gremio periodístico y vuelve muy difícil la producción de información
independiente. En tales circunstancias, las amenazas y agresiones físicas son
frecuentes, así como las purgas en las redacciones. En las
Maldivas (103o, -30), un golpe de Estado encubierto hizo caer
dramáticamente al país, donde los periodistas considerados favorables al ex
presidente son víctimas de amenazas y ataques. En Paraguay
(91o, -11), el golpe parlamentario del 22 de junio de 2012 impactó de forma
considerable al sector audiovisual público, que sufrió una ola de despidos
abusivos, en el contexto de una asignación de frecuencias injusta. En
Guinea Bissau (92o, -17) el ejército derrocó al poder entre las
dos vueltas de la elección presidencial y aplicó una censura militar a la
prensa, lo que justifica la importante caída del país en la clasificación. En
Malí (99o, -47), el golpe de Estado militar contribuyó
fuertemente a que se generara un tenso clima; numerosos periodistas fueron
agredidos en la capital y los medios de comunicación públicos están controlados
por el ejército desde del golpe. Si bien los problemas observados en el mes de
enero de 2013 en la República Centroafricana (65o, -3) se
tomarán en cuenta hasta la próxima edición de la clasificación, la situación de
la libertad de prensa se vuelve más precaria y hace temer lo peor.
“Modelos regionales” que no están a la altura
En casi todos los continentes, “modelos regionales”, cuya
influencia supera las fronteras nacionales, trastabillan en la clasificación. En
América Latina, Brasil (108o, -9), motor económico de la
región, continúa su caída, iniciada el año pasado. Los cinco periodistas que
perdieron la vida en el país en 2012, así como los persistentes problemas de
pluralismo de los medios de comunicación, explican esta degradación. En Asia,
India (140o, -9) se encuentra en su peor nivel desde 2002. En
cuestión: un creciente clima de impunidad y una censura de la Red que sigue
desarrollándose. China (173o, +1) no da ninguna señal de
mejora. En sus prisiones aún se encuentra un gran número de periodistas y
netciudadanos, mientras que la censura de la Web, cada vez más impopular, sigue
siendo un obstáculo mayor de acceso a la información.
En Europa del Este, Rusia (148o, -6) pierde aún
varias posiciones debido al giro represivo que se vive tras el retorno a la
presidencia de Vladimir Putin, como respuesta a la movilización, sin
precedentes, de la oposición. El país también sigue marcado por la intolerable
impunidad de la que gozan numerosos asesinos y agresores de periodistas.
Turquía (154o, -6), cuya importancia en el tablero político
aumentó aún más debido al conflicto en Siria, se hunde un poco
más en la clasificación. El país es hoy en día la primera prisión del mundo para
los periodistas, en particular para los que desarrollan una visión crítica de
las autoridades sobre la cuestión kurda. Nada comparable con África del
Sur (52o, -10), que conserva un lugar muy honorable –la libertad de
información es una realidad en el país–, pero que ha retrocedido año con año
hasta salir por primera vez del grupo de los cincuenta países mejor
clasificados. El periodismo de investigación se encuentra amenazado en el país
por la “Ley de Protección de la Información del Estado”.
Las democracias se estancan o retroceden
Statu quo para buena parte de los países de la Unión Europea; 16
de ellos aún ocupan los primeros treinta lugares de la clasificación. No
obstante, el modelo europeo se erosiona. La hemorragia legislativa que inició en
2011 no se modificó en 2012, en especial en Italia (57o, +4),
donde aún no se logra despenalizar la difamación y donde las instituciones
instrumentalizan peligrosamente las “leyes mordaza”. Hungría
(56o, -16) aún paga el precio de sus reformas legislativas liberticidas, que han
transformado considerablemente la práctica del periodismo. Sin embargo, es más
preocupante la vertiginosa caída de Grecia (84o, -14), donde
los periodistas se desenvuelven en medio de una situación social y profesional
desastrosa, expuestos a la vindicta popular y a la violencia de grupos de
influencia extremista y de las fuerzas policíacas.
La censura de lo nuclear y la creación de “kishas clubs” le costó
a Japón (53o, -31) más de treinta lugares, una caída alarmante
para un país habitualmente bien calificado. En Argentina (54o,
-7), los conflictos entre ciertos grupos de prensa privados y el gobierno, en
particular por la nueva Ley de Medios, tuvieron lugar en medio de una tensa
situación y el país perdió más de cinco lugares - (fonte. RSF)