Un grupo de expertos ha alertado en el Congreso
este lunes, en pleno debate sobre la financiación singular de Cataluña, de que
la extensión del concierto vasco o el convenio navarro a otras comunidades
resultaría en un modelo totalmente distinto al actual que, “posiblemente,
amenazaría la viabilidad futura del país”. Así lo refleja el documento
Propuestas para España. La reforma de la financiación autonómica, presentado
por el Foro Económico de Galicia, en el que participan economistas con
reconocimiento académico. En el estudio, se recomienda una renovación en
profundidad del sistema de financiación que pase, entre otras medidas, por la
inyección de más recursos, dotar de más autonomía tributaria a las comunidades,
cambiar los criterios de reparto, revisar las aportaciones forales y diseñar
una agencia tributaria federal en la que participen las Administraciones
regionales. “Lo que pretendemos es desgranar los problemas e identificar las
soluciones”, ha dicho Santiago Lago, coautor del documento, catedrático en la
Universidad de Vigo y director del Foro. “Preparamos el terreno, pero son los
políticos los que tienen que tomar las decisiones”.
El informe parte de la premisa de que España es uno de los países más descentralizados en materia tributaria y que el sistema de financiación, pendiente de una reforma desde hace 10 años, presenta múltiples carencias. En esta ecuación entran los esquemas forales de País Vasco y Navarra, que están amparados por la Constitución, pero que “representan una anomalía sin parangón en el panorama internacional” y tienen “una participación extremadamente limitada en la función de nivelación”.
“La asimetría entre el sistema común y el foral
plantea un problema que desborda sobre el conjunto del sistema, porque genera
emulación en otras comunidades autónomas”, ha comentado Xoaquín Fernández
Leiceaga, de la Universidad de Santiago de Compostela y coautor del documento.
Este diagnóstico llega en un momento crucial, pues el sistema de financiación
ha ganado un peso decisivo en el debate político ante la exigencia de los
partidos soberanistas catalanes —de los cuales dependen el Gobierno central y
la investidura del socialista Salvador Illa como president de la Generalitat—
de que se le reconozca a Cataluña una “financiación singular”. Si este
tratamiento distinto se tradujera en la aplicación de un cupo a la catalana,
alerta el documento, se configuraría un modelo totalmente distinto y
potencialmente insostenible, ya que Cataluña supone una quinta parte de los
recursos de la financiación autonómica.
“Es esencial prevenir y evitar que los
tratamientos asimétricos sean la semilla de futuros problemas y generen
sentimientos y realidades de agravio, de forma que cualquier solución de
reforma que se adopte debe ser aceptada desde el ámbito de cada comunidad, pero
también desde la perspectiva del conjunto del sistema”, continúa el documento,
firmado también por María Cadaval y Jorge Martínez-Vázquez. “El sistema
confederal resultaría un error económico y político, además de abrir un debate
innecesario, que debe centrarse en adecuar el modelo existente a las
necesidades de todas las comunidades autónomas para que cumplan con la
prestación de servicios”. Ana Herrero, docente de la UNED e invitada al
participar en la presentación del informe, ha añadido: “El sistema foral es el
elefante en la habitación. Si no avanzamos vamos a tener un germen de
inestabilidad para el sistema común, porque siempre va a salir alguna comunidad
diciendo que quiere lo mismo”.
Insuficiencia de recursos
La propuesta del Foro Económico de Galicia, una
plataforma donde universidades y empresas abordan asuntos de naturaleza
económica, sigue muchas de las recomendaciones del comité de expertos creado
por el Ministerio de Hacienda en 2017 para la reforma de la financiación
autonómica. Los autores, de hecho, recuerdan que hay consenso sobre las
carencias del actual sistema de financiación. Entre las más relevantes destacan
la insuficiencia de recursos para prestar los servicios básicos —las
comunidades son las encargadas gestionar la médula del Estado de bienestar:
sanidad, educación y servicios sociales—, la arbitrariedad en la financiación
por habitante ajustado (un indicador que tiene en cuenta las características de
la población de los territorios), la escasa autonomía fiscal de las regiones y
los insuficientes incentivos para aumentar impuestos, la complejidad y, sobre
todo, falta de transparencia del modelo.
Respecto a la insuficiencia de recursos, el grupo
de expertos propone dotar de mayor autonomía fiscal a las comunidades para que
puedan ellas mismas elevar sus ingresos, llevando a cabo una renovación del
sistema a la vez que una reforma tributaria. El documento aboga por soluciones
como la introducción de un IVA colegiado, que el impacto de los cambios
normativos en el IRPF se note de inmediato en las cuentas autonómicas, que los
Gobiernos regionales participen en la nueva fiscalidad medioambiental y que se
reformule la tributación sobre la riqueza. “La Administración central no va
sobrada de recursos, al contrario, hay déficit estructural”, ha subrayado
Cadaval. “La cuestión no es cuántos recursos hay que darles, sino cómo se
reparte la caja de herramientas fiscales”, ha puntualizado el economista y
director de Fedea, Ángel de la Fuente, quien ha propuesto que la reforma del
sistema se lleve a cabo por etapas.
El documento también recomienda una suerte de
“Agencia federal” para todos los tributos estatales y compartidos. Esta debería
operar de forma unificada, “pero con participación de las comunidades en sus
órganos de dirección y en la orientación estratégica, sin que ello implique un
fraccionamiento del sistema tributario”. Asimismo, critica la distribución de
recursos una vez aplicada la nivelación interterritorial, ya que no responde a
“reglas objetivas” y genera grandes brechas entre las comunidades mejor y peor
financiadas. Por eso, propone revisar los principios de statu quo y de
ordinalidad, que no permiten reducir la brecha de financiación entre
territorios, y cambiar la metodología para calcular los habitantes ajustados a
partir de la propuesta que el Ministerio de Hacienda avanzó en 2021 y que se ha
quedado en un cajón. A la vez, apoya una quita parcial de la deuda per cápita,
para no crear agravios entre territorios, pero alerta de que no se trata de la
solución para el largo plazo y que será insuficiente para que las comunidades
más endeudadas vuelvan a los mercados. “España tiene patrón de convergencia
estancado desde hace varias décadas y eso también se debería de contemplar”, ha
agregado Francisco Pérez, Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas
(IVIE).
Por otro lado, pide mejoras en la gobernanza con un fortalecimiento de la Conferencia de Presidentes y el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el cónclave donde el Ministerio de Hacienda se reúne periódicamente con los consejeros del ramo. En la misma línea, recomienda implicar a las comunidades en el diseño del plan de ajuste que requieren las nuevas reglas fiscales, con un esquema parecido al que Bruselas aplica a los Estados miembros (El Pais, texto da jornalista LAURA DELLE FEMMINE)
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