En Asturias, la década perdida durará bastante más que en Madrid. La última revisión estadística corrobora que la peor crisis en medio siglo ha tenido un impacto dispar en el territorio. Dos comunidades del noroeste, Asturias y Cantabria, acumularon un retroceso del PIB cercano al 13% entre 2008 y 2013. Al desplome en la construcción y un peor comportamiento en los servicios, suman el declive de la industria, un sector de peso en ambas economías. Madrid fue la que capeó mejor el lustro de recesión, al dejarse solo un 4,3%. La brecha de renta entre comunidades autónomas ha vuelto a ampliarse, tras años de convergencia. Cada aproximación estadística a qué efectos ha tenido la crisis en la economía española empeora la anterior. La más reciente, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en septiembre, revisó (a la baja) la estimación del PIB español durante los años de la segunda recesión, entre 2011 y 2013. Este balance, casi definitivo ya, refleja que el valor añadido que genera la economía española encogió un 8,6% en ese lustro negro (entre 2009 y 2013), periodo en el que además se perdieron 3,5 millones de empleos.
Si las proyecciones del Gobierno se cumplen, España recobrará el nivel de actividad económica previo a la crisis en el paso de 2016 a 2017, gracias a una recuperación que ha cogido velocidad este año, con un crecimiento del PIB del 3,2%. El mismo ejercicio evidencia la disparidad regional: es muy probable que la Comunidad de Madrid, la menos afectada por la doble recesión, supere ya el nivel de 2008 este mismo año, mientras que Asturias o Cantabria, las más rezagadas tendrían que esperar a 2019. Dicho de otra manera, la década perdida madrileña se limitará a ocho años, la asturiana puede estirarse hasta los 12.
La nueva contabilidad regional, publicada el miércoles por el INE, permite detallar, comunidad a comunidad, cuál ha sido el impacto de lo peor de la crisis. Uno de los factores que explica la evolución negativa de Asturias y Cantabria es el peor comportamiento del sector manufacturero: la industria, más importante que en el resto de España —aportaba entre un 22% y un 24% del valor añadido generado en 2008, frente al 18% de promedio nacional—, retrocedió en mayor medida en estas dos comunidades (cerca del 20%, frente al 16% que perdió en el conjunto de España). El comercio y la hostelería, otro sector determinante en todas las economías regionales, cayó más en Asturias y Cantabria (un retroceso del 7% frente al 3% en España), un comportamiento vinculado también a la debilidad del turismo interior. Y, además, el desplome de la construcción, generalizado, tuvo mayor incidencia aquí porque tenía más peso en estas dos economías (12% y 12,8% del valor añadido, respectivamente), que en el país (11%).
El pinchazo de la burbuja inmobiliaria tuvo más incidencia aún en la Comunidad Valenciana, donde la actividad que genera la construcción se quedó a la mitad (caída del 50%, frente al 46,7% nacional), en un sector que llegó a aportar el 13% del valor añadido. Pero la industria y el sector público se comportaron algo mejor, con lo que el retroceso del PIB se quedó en el 12,4%.
Disparidad en la devaluación salarial
El descenso de la remuneración por asalariado también va por barrios. Si en el conjunto de España retrocedió un 1% entre 2011 y 2014, en País Vasco o Cataluña prácticamente se estancó, mientras en Murcia (un descenso del 3%), Andalucía (2,3%) o Castilla-La Mancha (2,3%). La remuneración por asalariado refleja tanto la evolución de los sueldos como la incorporación de nuevos trabajadores, con un nivel de ingresos distinto.
Divergencia regional
En el otro extremo, el daño a la actividad económica en la Comunidad de Madrid fue menor porque la industria pesa bastante menos y retrocedió también menos. Además, el valor añadido generado por el comercio y la hostelería y la Administración, la sanidad y la educación, sus dos sectores más importantes, arrojó un saldo ligeramente favorable.
El comercio y la hostelería han sido también determinantes en que Canarias y Baleares registraron retrocesos también más moderados (7%) que la media española, reflejo del mejor comportamiento del turismo internacional. El sector, que explica casi un tercio de la actividad económica en las islas, se apuntó también un leve crecimiento en ambas comunidade. El impacto de la crisis ha vuelto a ampliar la brecha regional, que se había cerrado paulatinamente en la década anterior. La renta per cápita de Extremadura había pasado del 47% al 53% del PIB per cápita de Madrid, la comunidad más boyante. Pero en 2014, la renta extremeña (15.457 euros por habitante) volvió a quedarse en el 50% de la madrileña (30.755 euros) (texto do jornalista do El Pais, ALEJANDRO BOLAÑOS, com a devida vénia)
Sem comentários:
Enviar um comentário