Bentley funda Bentley en 1919 con el objetivo de
fabricar motores potentes que convenzan por su perfecta maniobrabilidad y, al
mismo tiempo, por un diseño refinado. Quería que sus coches fueran los mejores
en su categoría y hoy, casi un siglo después, sus continuadores tras la firma
británica siguen manteniendo esos valores. Prueba de ello es su última
criatura, que acaba de ser presentada en el Salón del Motor de Los Ángeles. Se
trata del Grand Convertible, sin duda el descapotable más sofisticado que jamás
haya salido de los talleres de la firma británica que, como no podía ser menos,
ha sido realizado a mano completamente, por supuesto con los mejores
materiales. Es un peldaño por encima del también cabrio Continental GTC, que
hasta la fecha se podía decir que era uno de los más admirados de Bentley y,
por su estética, es una variación descapotable del Mulsanne, el mismo del que
se creó una edición especial para celebrar los 60 años de reinado de Isabel II,
en 2012. De hecho, los ingenieros de la casa no dudan en afirmar que éste ha
sido la base sobre la que se ha creado el nuevo Grand Convertible (ABC)