Ucrania dista mucho de ser un lugar idílico para las
mujeres. Su salario es un 30% inferior al de los hombres que realizan el mismo
trabajo. El acceso a puestos directivos les está vetado sistemáticamente y el
60% de las estudiantes reconoce haber mantenido relaciones sexuales a cambio de
dinero. Es en este contexto en el que nace Femen, en un país en el que
"enseñar las tetas es la única forma de que te hagan caso". Después
del 'boom' que experimentó el movimiento en toda Europa, su nucleo duro asiste
al abandono de parte de las jóvenes y la presencia de Femen en Ucrania pasa por
ser testimonial: de 200 activistas solo queda una docena (El Confidencial)