Li no ABC: "En su libro «Una
mamá española en Alemania», Fátima Casaseca narra las aventuras y desventuras
de una española en aquel país. Tanto escuchamos hablar de Alemania,
de Merkel, que si es el motor de Europa, que si son los más modernos…tanto nos
machacan que puede que hasta alguno se lo haya creído. Pero no es oro todo lo
que reluce y en esto, las Teutonias, no iban a ser una excepción. Puede que sea
la locomotora que nos arrastra, que tengan los euros contantes y sonantes y, en
estos momentos, el mando. Pero adolecen de muchas otras cosas que los españoles
desconocemos.Hace diez años una española, madrileña para más datos, se fue con
mochila y poco más a Berlín. Allí conoció al germano de turno y flechazo, boda
y tres hijos uno detrás de otro componen la parte idílica del cuento. La menos
bonita, que se fueron a vivir a un pueblecito donde la protagonista de la
historia, además de atender su casa y los hijos (en adelante los polluelen) se
aburría soberanamente. Decidió abrir un blog a modo de grito por la ventana y a
falta de terrazas donde disfrutar de un buen gin tonic con amigas. Y es que el
bucólico lugar, en adelante Mierdapueblo, además de muchos enanitos en los
jardines de las casas, poco más podía ofrecer. Así nació «Una mamá
española en Alemania», un blog responsable de carcajadas impropias
en horario laboral y que cuenta actualmente con unas cien mil vistas mensuales.
Planeta puso los ojos en ella y el libro se acaba de publicar. Su autora,
Fátima Casaseca, perfectamente integrada en las Germanias (tuvo la osadía de
licenciarse en la Universidad Humboldt de Berlín en Filosofía y Teología) sabe
de qué habla.
Sabían
ustedes de la poca afición de los alemanes a la ducha? O al menos a la diaria.
¿Saben que la locomotora de Europa, la modernidad hecha realidad, es una
sociedad que ve con muy malos ojos que una mujer madre trabaje? ¿Adivinan a qué
hora cierran las escasas guarderías que el gobierno pone a disposición de
alguna madre desesperada? A las doce. ¿Canguros? ¿Asistentas? No. Eso no está
nada bien visto. Los primeros años de la vida de los infantes no queda más
remedio, en la mayoría de los casos, que quedarse en casa. Pensarán ustedes que
no es posible ya que la todo poderosa canciller, Ángela Merkel, es señora. Sí,
pero lo han adivinado, no tiene hijos.
Cuántas veces ha escuchado usted que los
sueldos son el doble que en España? Pues sepa usted que los impuestos también
son el doble, por si le parecía a usted que pagaba mucho. El libro está plagado
de anécdotas hilarantes como la inexistencia de la depilación femenina o esa
insistente manía de combinar sandalia con calcetines pero, sobre todo, se
adentra en un mundo, bastante desconocido y, por qué no decirlo, bastante
idealizado por los españoles. Eso sí, la autora no es, ni mucho menos una
desagradecida y también cuenta las bondades del pueblo alemán. Que las tiene. El
blog ha creado escuela. Palabras como maromen (marido de la autora), polluelen
(los hijos habidos con el maromen) la suegren, ni de koñen o por Gott forman ya
parte del lenguaje de la, cada vez más potente, blogosfera maternal. Si tienen
previsto emigrar a Alemania compren el libro: Una mamá española en Alemania. Si
se van a quedar en Benidorm, cómprenlo igual. Las risas están garantizadas. Eso
sí, no se siente cerca de nadie mientras lo lea si no desea ser considerado un
loco".