Beelitz-Heilstaetten,
una ciudad médica en Alemania
Beelitz-Heilstätten,
un distrito de la ciudad de Beelitz, al suroeste de Berlín, cerca de Postdam,
es un complejo hospitalario de unos 60 edificios, en su mayor parte abandonado.
Otro territorio fantasma que, como suele ocurrir en estos casos, funciona a las
mil maravillas como escenario de rodajes de películas. En estas paredes quizá
reconozcan alguna secuencia de «El Pianista». Originalmente, fue un hospital
para los trabajadores de la Berlín Insurance Corporation, y en la Primera y la
Segunda Guerra Mundial, un sanatorio para los soldados alemanes. Se dice que
aquí estuvo incluso Hitler, en 1916, para recuperarse de las heridas que sufrió
durante la batalla del Somme, una de las más sangrientas de la contienda. Tras
el fin de la segunda gran guerra y la división de Alemania (1945), el complejo
quedó en manos de la entonces URSS, hasta 1955. Los rusos se marcharon, y
algunos edificios se destinaron a museos o centros de rehabilitación, pero la
mayor parte del complejo quedó en total abandono.
La
isla Hashima (o Gunkanjima), en Japón
Hashima,
o Gunkanjima (isla del acorazado), es una de las 505 islas deshabitadas de la
prefectura de Nagasaki, en Japón. Tiene 480 metros de largo por 150 de ancho. Y
tuvo sus buenos tiempos, cuando vivían los trabajadores del carbón y era uno de
los lugares con más densidad de población del mundo. Estuvo habitada entre 1887
y 1974. Recientemente se ha hecho muy popular como uno de los escenarios más
llamativos de la última película de James Bond. Era la guarida de Javier
Bardem. El motivo del abandono de esta isla fue económico. Se cerró la mina. La
Corporación Mitsubishi había construido en 1916 el primer bloque de
apartamentos. Desde 2009, está abierta a las visitas turísticas. Al cabo, solo
la separan 24 kilómetros de Nagasaki, unos 50 minutos en barco. Varias empresas
operan tours guiados. Suelen tardar unas tres horas, incluyendo una de estancia
en la isla. La excursión sale por unos 40 euros. Una ruta en busca de una isla
fantasma
La
casa del Partido Comunista búlgaro
Este
monumento del comunismo en Bulgaria es un símbolo de la caída de un sistema en
todos los países del antiguo bloque soviético. Este edificio, en concreto,
situado en el Parque Nacional de Buzludja, se construyó en 1981 con motivo del
congreso celebrado por los socialistas búlgaros. Tras la caída del Muro y del
gobierno de Todor Zhivkov, veinte años después de su inauguración, el monumento
fue abandonado. Desde
el exterior, tiene el aspecto de un platillo volante, solitario, en la cima de
una colina de 1.441 metros. Costó en su momento entre 7 y 10 millones de euros,
según las fuentes, recolectados de forma voluntaria (y también obligatoria) por
el Gobierno. El interior estaba en parte cubierto de mármol, y las escaleras
decoradas con vidrio rojo. Por supuesto, por todas partes colgaban cuadros de
Marx, Engels, Lenin y Todor Zhivkov.
El
Cristo del abismo, en Italia
Los
lugares abandonados por el hombre pueden ser también bellísimos objetivos
turísticos. En internet hay una cierta moda por recuperar, al menos para placer
de nuestros ojos, espacios que por una u otra razón hemos dejado a solas,
perdidos en la inmensidad del océano o de los continentes. Esta semana, por
ejemplo, ha causado sensación en la red una recopilación publicada en Buzzfeed
sobre los 33 lugares abandonados más bellos del planeta. Buzzfeed es una web
que se alimenta de contenido viral, muy popular. Y sí, las ruinas modernas
parece que lo son. Millones de personas han visto estas imágenes. Y no son un
ejemplo aislado. Otros muchos aficionados recorren el mundo para fotografiarlas.
Incuso hay varios grupos específicos en la red social Flickr. Aquí recogemos
algunos de esos ejemplos de bellezas perdidas y, ahora, recuperadas por un tipo
de turismo que busca de lugares diferentes. Quizá
los más populares de estos espacios son los llamados Cristos del Abismo,
estatuas de Jesucristo en el fondo del mar. Uno de ellos está en la bahía de
San Fruttuoso, Liguria (Italia). Fue colocado en el verano de 1954, a unos 17
metros de profundidad, y mide 2,5 metros. «Il Cristo degli Abissi» fue creada
por Guido Galletti a partir de una idea del submarinista italiano Duilio
Marcante. Cada verano, decenas de buceadores acuden a esta catedral bajo el
agua, entre ellos Luca Smecca (en la fotografía). Hay otra estatua frente a la
costa de St. George, en el Caribe. Y una tercera, entre otras, en Malta, a unos
25 metros de profundidad, al parecer dejada allí para conmemorar la visita a
Malta del Papa Juan Pablo II en 1990.
Kolmanskop,
Namibia
Otra
ciudad minera abandonada, esta vez en el desierto de Namibia. Su existencia se
debe a un trabajador llamado Zacarías Lewala, que encontró un diamante y se lo
mostró a su jefe alemán. En 1908, se abrió una mina de diamantes y se fundó la
pequeña ciudad de Kolmanskop. Fue un boom parecido al de aquellos poblados de
la fiebre del oro en Alaska. Tenía casino, escuela, hospital y mansiones de
estilo centroeuropeo. Dicen que fue la primera localidad africana en disponer
de un aparato de rayos x, para vigilar que los mineros no ingirieran diamantes
para su posterior extracción ilícita de la mina. La arena del desierto ha ido
devorando poco a poco el recinto hasta crear uno de los lugares fantasma más
fotogénicos del planeta, a dos kilómetros de la ciudad de Lüderitz. El gobierno
namibio cobra una tasa por la visita, y también hay rutas guiadas.
Hotel
El Salto del Tequendama, Colombia
El
Salto del Tequendama, a 30 kilómetros de Bogotá, siempre ha sido una importante
atracción turística. Cerca se halla el hotel del Salto, inaugurado en 1927
precisamente para acoger a los viajeros que acudían a ver la cascada. Tenía un
estilo afrancesado, en cierta forma aristocrático. Su construcción, al borde de
un precipicio, también era muy original en la época. Cerró en los años 90. A
final del año pasado se habló de una iniciativa para rehabilitarlo, pero aún no
sabe si ese proyecto saldrá adelante.
Fortalezas
Marinas Maunsell, Reino Unido
Otro
clásico entre los lugares fantasmas, abondanados por el desuso, porque se
pasaron de moda, porque ya solo sirven para alimentar los recuerdos. Las Fortalezas
Marinas Maunsell eran pequeñas torres fortificadas construidas durante la
Segunda Guerra Mundial. Su misión era controlar que los alemanes no pusieran
minas en los estuarios de los ríos Támesis (cerca de Londres) y Mersey (cerca
de Liverpool). Eran construcciones de hormigón, que incluían dos cañones de
artillería y otros dos antiaéreos. Allí están desde 1942. Después de la guerra
han tenido usos pintorescos, como antena de emisoras piratas, en los años 60,
en plena época del monopolio de la BBC, o como sede de un país inventado, una
micronación llamada Sealand.
Craco,
Basilicata, Italia
Craco
fue antes Graculum o Cracum. Tiene un origen prerrománico, y su historia está
llena de avatares, de reyes, nobles y arzobispos. Se halla en la región de
Basilicata, al sur de Italia, y permanece abandonado desde 1975, después de que
varios terremotos destruyeran las casas. En 1963, en concreto, un terremoto
provocó graves daños. La ciudad de Craco se asentaba sobre una colina de arena
y arcilla incapaz de resistir nuevos movimientos sísmicos. Aquí se han rodado
secuencias de La Pasión de Cristo y Quantum of Solace (James Bond).
Wonderland,
cerca de Pekín
Se
pensó como un enorme parque de atracciones. El más grande de Asia. Las obras de
este recinto incabado, perdido entre campos de maíz, a 32 kilómetros de Pekín,
comenzaron en 1998. Sin embargo, en algún momento se acabó la financiación, se
bloquearon los acuerdos entre los promotores y los propietarios de los
terrenos. Ahora solo es un parque en ruinas, como puede verse en este vídeo
realizado con imágenes de la fotógrafa Catherine Hyland."Fui
a China sin saber que existía Wonderland", aseguró. "He pasado años
documentando proyectos abandonados y no realizados. No necesariamente parques
de atracciones. Estoy interesado en la historia de esos objetos. A menudo se
transforma completamente las intenciones originales y el contexto del
espacio", añadió la fotógrafa.
Bokor Hill Station, un
pueblo francés en Camboya
Hay
cientos de pueblos y ciudades fantasmas repartidas por el mundo. Esta vez hemos
elegido Bokor Hill Station, en el Preah Monivong National Park, en la provincia
de Kampot, al sur de Camboya. Es una ciudad creada en 1921 por los franceses
que pretendieron reproducir el glamour de su país de origen. Había palacetes,
salón de baile, iglesia, casino... Los edificios se conservan, pero la selva y
el abandono han trabajado a fondo para crear un entorno misterioso y lleno de
recuerdos. También en este caso hay un proyecto de recuperación, aunque parece
que no termina de concretarse (fonte: El Mundo)