Escreve o El Confidencial que "la polémica vuelve a estar sobre la mesa.
Sobre todo, después de que la semana pasada el conseller de Economía de
la Generalitat catalana, Andreu Mas-Colell, anunciara que los últimos cálculos sitúan el saldo
fiscal negativo de Cataluña con el resto de España en 16.453 millones. O lo
que es lo mismo, esa es la diferencia entre lo que recauda el Estado en esa
comunidad autónoma y lo que invierte.
Verdad
o mentira? Ya hay una primera respuesta por parte de los profesores Uriel y
Barberán, dos de los mayores expertos del país en financiación
autonómica: los datos están sesgados y no reflejan en absoluto la realidad.
Hasta el punto de que, según las cifras que escondió Mas-Colell en la
presentación (no las entregó a la prensa), Cataluña no sólo no tiene
saldo negativo, sino que es positivo. En los dos últimos años, de hecho,
el ‘superávit’ catalán con el resto del Estado habría ascendido a 3.241
millones de euros. En concreto, el exceso de financiación habría alcanzado los
4.015 millones de euros en 2009, mientras que en 2010 el territorio habría
tenido un déficit de recursos monetarios equivalente a 774 millones de
euros sin tener en cuenta el efecto económico derivado de la crisis.
Por
qué se produce tamaña diferencia? Los profesores Uriel y Barberán -de la
Universidad de Valencia- lo achacan a la metodología utilizada por
Mas-Colell durante la presentación, que no reflejaría, en absoluto, la
verdadera realidad de las envolventes financieras entre Cataluña y el resto del
Estado. O dicho en otros términos, su metodología sólo recoge los flujos que
llegan o salen de Cataluña, pero no a quién benefician las inversiones del
Estado. Y según la metodología carga-beneficio, que es la más
utilizada por los especialistas ya que refleja mejor la naturaleza de la
inversión, el resultado es muy distinto. Frente a un déficit equivalente al
8,5% del PIB de Cataluña en 2010, Uriel y Barberán hablan -utilizando los
propios datos de la Generalitat- de apenas un 0,4% durante ese ejercicio, el
último del que se tienen datos cerrados. En el enfoque de flujo monetario (una
de los dos procedimientos que se utilizan para conocer las balanzas fiscales)
no se incluye la parte alícuota de los gastos generales de la Administración
Pública central que corresponden a Cataluña (por ejemplo en política exterior),
ya que sólo se computan los gastos generales que se efectúan en esta
comunidad. Por el contrario, el saldo del enfoque carga-beneficio (el otro
procedimiento) sí refleja la aportación a los gastos generales del Estado.
Quién
se beneficia del AVE?
Otro
ejemplo refleja las diferentes metodologías. En el enfoque flujo monetario (el
utilizado por la Generalitat), la mayor parte del coste de la inversión estatal
en el AVE Madrid-Barcelona se asignaría a Aragón, toda vez que ese
territorio es el que más kilómetros consume de vía férrea y de redes
eléctricas. Sin embargo, el AVE nació, fundamentalmente, para unir las dos
capitales más grandes del país, por lo que en realidad quienes se benefician en
mayor medida de la inversión son madrileños y catalanes (por el mayor potencial
económico de sus territorios). Y este aspecto no se recoge en las balanzas
fiscales que año tras año publica la Generalitat de Cataluña con fines
propagandísticos, como aseguran Uriel y Barberán. Su trabajo forma parte de
un libro editado por el Instituto de Estudios Económicos sobre la financiación
autonómica, en el que se recuerda que “al contrario de la interpretación
más difundida”, Cataluña habría tenido un déficit adicional de 3.241 millones
de euros en 2009 y 2010 en caso de que se hubiera puesto en marcha un modelo de
concierto como el vasco o el navarro, reclamado hasta hace bien poco por
el Gobierno de Artur Mas. Como la Administración central no tiene
recursos suficientes para atender ese exceso de financiación, lo que ha tenido
que hacer es endeudarse. Cataluña defiende, por el contrario, que la mejor
metodología es la de flujo monetario, ya que capta el impacto de estímulo del
gasto de la Administración central sobre las economías receptoras y se
convierte en el más relevante en épocas de crisis económica y tasas de paro
elevadas. Sus cálculos, en todo caso, son muy diferentes ya que, según el
método del flujo del beneficio, el déficit fiscal catalán el año 2010
fue de 11.258 millones de euros, que representan un 5,8% del PIB de Cataluña,
si bien, en este caso, sin tener en cuenta el efecto de la crisis. Según sus
estimaciones, Cataluña contribuye con una proporción superior a su peso en el
PIB estatal (18,6% el año 2010) y, en cambio, recibe una fracción de gasto que
no llega al peso de su población sobre el conjunto del Estado (16%)"