terça-feira, maio 11, 2010

Felipe Gonzalez e o futuro da União Europeia

O jornalista ANDREU MISSÉ do El Pais entrevistou o socialista espanhol Felipe Gonzalez que lderou um grupo de notáveis que apresentou recentemente um relatório sobre as mudanças a operar na União.Trata-se de uma entrevista actual, interessante e feita a um homem, Gozalez, que sempre foi um europeu convicto e pragmático, intitulada "En Europa llevamos 15 años de retraso en las reformas". Vale a pena ler: "El coordinador del Grupo de Reflexión sobre el futuro europeo, que acaba de presentar en Bruselas sus conclusiones, insta a los gobernantes de la UE a aprovechar la crisis para impulsar unas reformas impostergables. Felipe González, Sevilla, 1942, ex presidente del Gobierno socialista (1982 -1996), presentó ayer en Bruselas las conclusiones del trabajo que han elaborado el Grupo de Reflexión que preside, durante los últimos 18 meses. Ve en la crisis financiera una oportunidad para acelerar el casi centenar de reformas que propone en su trabajo y recuperar el "retraso acumulado de Europa de 15 o 20 años". Cree que el horizonte de reflexión es para dentro de veinte años hay que empezar el trabajo desde ya". Assim como recomendo um texto também de Andreu Misse, intitulado "Felipe González llama a refundar Europa" publicado no mesmo jornal: "En diciembre de 2007, el Consejo Europeo encargó a una docena de personalidades un diagnóstico sobre los desafíos de Europa. Se trataba entonces de frenar el declive institucional. Casi dos años y medio después, con la UE sumida en la peor de sus crisis, el llamado Grupo de Reflexión, presidido por Felipe González, da a conocer sus conclusiones. EL PAÍS ofrece en exclusiva el informe, que será presentado hoy en Bruselas. La Unión Europea debe refundarse y aplicar medidas radicales para salvar el sueño gestado tras la II Guerra Mundial. Esta es la conclusión del informe que el Grupo de Reflexión sobre el futuro europeo, presidido por Felipe González, hará público hoy. El momento no puede ser más crucial. Con un Tratado de Lisboa que no ha servido para dinamizar las instituciones, cada vez más relegada en la escena internacional, sacudida por la recesión mundial y amenazada por la crisis griega, la Unión Europea atraviesa su peor momento. Y el llamado grupo de sabios, constituido en diciembre de 2007 por una docena de personalidades, es contundente. El informe de 34 páginas, al que ha tenido acceso EL PAÍS, concluye que Europa no puede prescindir de la energía nuclear, debe dar entrada a Turquía, renunciar a las jubilaciones anticipadas, cambiar la política migratoria para potenciar la inmigración cualificada, impulsar de forma decisiva la investigación científica y tecnológica... Las reformas tienen que ser urgentes y profundas. "Nuestras conclusiones no son tranquilizadoras ni para la Unión ni para los ciudadanos", advierte el documento, que describe el panorama sin concesiones: "Crisis económica global, Estados yendo a salvar a sus bancos, envejecimiento de las poblaciones que amenazan la competitividad de nuestras economías y la sostenibilidad de nuestro modelo social, presiones a la baja en costes y salarios, desafíos por el cambio climático, creciente dependencia energética, cambio hacia el Este en la distribución global de la producción y el ahorro". "Y por encima de todo esto", añade, "las amenazas del terrorismo, crimen organizado y proliferación de armas de destrucción masiva planean sobre nosotros". En síntesis: "Por primera vez en la reciente historia de Europa existe el temor generalizado de que los niños de hoy tendrán una situación menos acomodada que la generación de sus padres". "Hoy", añade el informe, "vivimos en una época de inseguridad". Los expertos, sin embargo, creen que Europa puede tener una respuesta positiva para todos estos retos. Todo dependerá de la capacidad de la UE "para asegurar un crecimiento sólido y una cohesión interna dentro de la Unión". Los desafíos actuales, sostiene el informe, exigen que el modelo social de mercado "sea redefinido y adaptado al contexto cambiante". Es cierto que ese modelo "ayudó a transformar Europa, después de la II Guerra Mundial, en un área de poderosas industrias y servicios con un fuerte potencial de creación de empleo, que a su vez permitió un justo sistema de protección social". Era el "círculo virtuoso que unía responsabilidad y competitividad".Pero durante las últimas dos décadas, Europa ha perdido terreno frente a sus principales competidores en lo relativo al crecimiento, la generación de empleo y la posibilidad de mejorar sus estándares de vida. Por otra parte, el consenso entre la dimensión social y el mercado se ha visto "desprestigiado en la medida en que las desigualdades han aumentado". Para muchos europeos la exclusión y las deficientes condiciones de trabajo son todavía una realidad. La tesis central del informe es que "la respuesta a este problema no es poner fin a las reformas económicas. Sino que, por el contrario, un renovado énfasis en aumentar la eficiencia económica necesita ir de la mano de nuevas políticas sociales". En otras palabras: "La sostenibilidad del modelo económico y social europeo dependerá de nuestra capacidad de restaurar un equilibrio dinámico entre las dimensiones del desarrollo económico, social y medioambiental". El trabajo adopta una perspectiva muy realista de la situación de desventaja en la que está cayendo Europa, tanto desde un punto de vista económico como desde la perspectiva de su influencia mundial. "Con un crecimiento más lento que sus principales competidores, la parte europea está inevitablemente declinando". Y se prevé que en 2030 "Asia esté en la vanguardia del desarrollo científico y tecnológico". Uno de los desafíos más inquietantes es la relación entre Europa y sus ciudadanos, que hasta ahora se ha caracterizado por "un consenso pasivo". La situación ha cambiado mucho y ahora "los europeos cada vez demandan más a la Unión Europea, son muy críticos con sus resultados y expresan dudas sobre la legitimidad del proyecto europeo". El equipo dirigido por Felipe González exige "actualizar el pacto entre la Unión Europea y sus ciudadanos haciendo uso pleno de las herramientas proporcionadas por el Tratado de Lisboa para reactivar la participación y apoyo público". Para aumentar el sentimiento de pertenencia al proyecto europeo se propone el desarrollo de los derechos políticos. El informe sugiere que los Estados miembros deberían conceder derechos de voto en sus procesos electorales a los nacionales de otros Estados miembros, después de un cierto periodo de residencia y de pago de impuestos. En la misma línea propone introducir listas transfronterizas en las elecciones al Parlamento Europeo".

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