“Los bonos soberanos ofrecen jugosas rentabilidades para 2013 y cuentan, además, con la red de seguridad tejida por el Banco Central Europeo, que garantizó la «irreversibilidad» del euro. Algo parece haber cambiado en la percepción de España en los mercados. Nuestro país ha pasado de ser considerado el siguiente en la lista de rescatados a despertar el interés de no pocos inversores y aglutinar el reconocimiento internacional por las reformas puestas en marcha. La euforia financiera, sin embargo, aún no ha tocado tierra y la economía real sigue sufriendo. Y así seguirá, al menos, hasta finales de 2013, según las estimaciones del propio Gobierno. ¿En qué se sustenta entonces el renovado apetito por la deuda soberana española?
La búsqueda de rentabilidad, tras años de preferencia clara por la seguridad, explica buena parte del cambio. «En 2013 los gestores se van a ver obligados a incrementar la exposición al riesgo de cara a obtener rentabilidades interesantes en sus carteras. En este ejercicio, las rentabilidades no vendrán, seguramente, de la mano de fondos monetarios o de países AAA. Es por ello que de cara a este año somos optimistas con la evolución de la renta variable española», aseguran desde Analistas Financieros Internacionales (Afi).
Los inversores, además, cuentan con la red de seguridad tejida por el Banco Central Europeo. «Las palabras de Mario Dragui, presidente del BCE, asegurando que el euro no se va a romper han sido decisivas. Buena parte del castigo que sufrió España era por el miedo a una fractura de la zona euro que dejara a nuestro país en la parte de los débiles», explica José Luis Martínez Campuzano, economista jefe de Citi en España.
El Fondo Monetario Intenacional (FMI) ya apuntó el pasado mes de octubre a esta distorsión del mercado en su informe de perspectivas, en el que elaboró un apartado específico para calcular la desviación de las primas de riesgo de algunos países sobre los niveles teóricos de equilibrio. Según la tesis del FMI, el diferencial de la deuda española respecto a la alemana estaba 200 puntos básicos sobrevalorada. «Italia y España han pagado tipos de interés más altos de lo que explicarían los fundamentos, incluyendo en éstos el déficit y la deuda del gobierno, el crecimiento y la inflación».
Así, con el respaldo del BCE, el atractivo de la rentabilidad española, y de la periferia europea en general, se ha multiplicado. «Es muy relevante como están retornando los inversores extranjeros, tanto a la deuda soberana como a las emisiones realizadas por varias empresas españolas en los primeros días del año», asegura otros experto financiero consultado por este diario. Según los últimos datos facilitados por el Tesoro español, el importe de los títulos en manos de extranjeros creció en 4.780 millones de euros el pasado mes de noviembre, algo que sólo ocurrió una vez en todo el 2012.
«El cualquier caso, aunque España está consiguiendo vender su deuda con más facilidad, los preci0s siguen siendo demasiado altos. Nuestro país no puede soportarlos», advierte Martínez Campuzano. ¿Por qué no bajan entonces? La respuesta, en opinión del econonmista de Citi, es clara. «Hay demasiada oferta y los inversores juegan con esta baza». Y es que España debe colocar este año entre 215.000 y 230.000 millones de deuda. Un reto que, aunque ha comenzado con buen pie, aún es pronto para dar por superado” (texto da jornalista do ABC, María Cuesta, com a devida vénia)