
Comienzos radicales
Thorning-Schmidt no ha ocultado que sus comienzos políticos estuvieron "muy a la izquierda". Ingresó en el partido socialdemócrata en 1993 y después estudió Ciencias Políticas en la capital danesa y en la ciudad belga de Brujas, donde se emparejó con el británico Stephen Kinnock, hijo del famoso dirigente laborista del Reino Unido Neil Kinnock. Su carrera ha sido meteórica desde 1999, cuando obtuvo un escaño como parlamentaria europea. Apenas seis años después dirigía su partido y ahora presidirá el Gobierno de Dinamarca. La nueva figura emergente de la política danesa ha sido poco concreta en asuntos de programa. Sin alejarse nunca mucho de las clásicas posiciones de la poderosa socialdemocracia danesa ha hecho, de cuando en cuando, propuestas reformistas. En cualquier caso, el mensaje constante durante su campaña ha sido el rechazo a la derecha populista del DF y el regreso al centro político europeísta. En esa línea, paralizará la construcción de puestos fronterizos emprendida por el Gobierno actual y suavizará las restrictivas políticas migratorias impuestas por la ultraderecha en la última década. Por otra parte, la socialdemocracia aspira a combatir la crisis económica con inversiones públicas y reformas del mercado laboral. Como ocurre con otras mujeres de proyección pública, el caso de Helle Thorning-Schmidt figura entre aquellos en los que el buen aspecto físico acarrea desventajas. Su ropa, siempre cara, le valió el apodo de Gucci-Helle, primero en su partido y más tarde entre la opinión pública. Lo cierto es que tampoco ha contribuido a su credibilidad de dirigente de la izquierda que envíe a su hija a un colegio privado o que su marido haya sido objeto de investigaciones fiscales” (artigo do jornalista do El Pais, Juan Gomez com a dveida vénia)
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