Nicolás Maduro ha
acumulado en un año de pandemia llamados de atención por violar las políticas
de restricción de contenidos falsos y desinformación que tienen la mayoría de
las plataformas de redes sociales. Su página de Facebook, que ha sido congelada
por un mes, es un espacio que el mandatario sumó a la trinchera de comunicación
chavista. En Venezuela más de 115 medios de comunicación han cerrado en los
últimos años de su Gobierno. Durante la pandemia, de acuerdo con datos de
organizaciones como el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) y Espacio Público,
el control de la información y censura de las autoridades ha aumentado. Y en un
informe titulado El virus de la censura, presentado por IPYS este marzo, se
recogen 25 bloqueos de medios de comunicación digitales durante 2020 así como
también el aumento de las detenciones de periodistas, entre 374 casos de
violaciones a la libertad de expresión e información.
El manejo y la comunicación de la pandemia ha estado concentrado en el aparato político del chavismo, dejando de un lado las voces técnicas y científicas. Mientras aumenta el control sobre la información, en la tribuna televisiva de las cadenas nacionales, casi a diario Maduro se ha colocado en un papel de experto y ha hablado como médico y científico, echando a andar una serie invenciones que van desde curas milagrosas de la covid-19 hasta teorías conspirativas sobre su propagación.
“Un arma de
guerra”
Antes de que la
covid se convirtiera en pandemia y lucía como algo muy lejano en América
Latina, Maduro abanderó la tesis de que el virus encontrado en el mercado de
Wuhan era “arma de guerra” contra China. “Hay muchos análisis en el mundo, ya
que demuestran que el coronavirus puede ser una cepa creada para la guerra
biológica contra China”, decía en febrero de 2020. “Ya son muchos los elementos
que se ven en el análisis mundial y hay que alzar la voz, llamar la atención y
tocar la campana. ¡Alerta! Que no sea el coronavirus un arma de guerra que se
esté utilizando contra China y ahora contra los pueblos del mundo en general”.
Hierbas, limón y
jengibre
En marzo pasado,
cuando no había ni 100 casos de covid en Venezuela, según datos oficiales,
Maduro anunció una supuesta cura de la covid-19 en los hallazgos del supuesto
científico venezolano Sirio Quintero. Un brebaje de hierbas de malojillo,
sauco, limón y jengibre curaría la enfermedad, como ya lo habría experimentado
el supuesto científico con el cáncer. Maduro lo calificó de “doctor” aunque no
tiene estudios de medicina acreditados y lo invitó a Miraflores. Las
referencias sobre Quintero están en Aporrea, el portal de corte chavista donde
es articulista regular. Dice tener estudios en Filosofía de las Ciencias en
Italia y Alemania y nanotecnología aplicada a la biomedicina y toxicología en
academias alemanas y rusas. Además se dice inventor del “protocolo de
bioelectromedicina” y la “genética ondular reconstitutiva humana”. Un tuit que
daba difusión a la receta del brebaje y a unos artículos de Quintero en los que
asegura que el coronavirus es un “parásito intracelular” diseñado “por el poder
imperial” como un arma bioterrorista fue borrado por Twitter. Esta fue la
primera tarjeta amarilla para el incontenible discurso de Maduro.
Cloriquina,
ozonoterapia y gotas homeopáticas
Sin el fervor de
Jair Bolsonaro y Donald Trump, aun en las antípodas políticas, Maduro se
hermanó a esos mandatarios en la defensa de la hidroxicloroquina y la
cloroquina —medicamentos para la malaria y el lupus— como tratamiento de la
covid, pese a que se ha demostrado que no es beneficioso. El fármaco fue
incorporado a un kit de tratamiento, junto con otros sin evidencias de
efectividad como la ivermectina, que ha sido distribuido en albergues de aislamiento
de sospechosos y pacientes asintomáticos a los cuales también se les ha ha
tratado con medicinas, en contra de las recomendaciones internacionales. Maduro
también ha aupado —al punto de incorporarlos en los esquemas de tratamiento del
Ministerio de Salud— el uso de otras terapias experimentales sin suficiente
evidencia científica en caso de covid como el interferon alfa 2b desarrollado
por Cuba, el plasma de personas convalecientes de covid-19, unas gotas
homeopáticas también cubanas, la ozonoterapia y la medicina natural.
“El virus
colombiano”
Maduro ha lanzado
hipótesis sobre la propagación del virus que tienen más que ver con sus
posiciones políticas que con la epidemiología. El retorno de migrantes
venezolanos al país durante los primeros meses de la pandemia —unos 160.000 en
todo 2020, según la oficina de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas— fue
catalogada por el mandatario venezolano como la causa de la expansión de los
contagios en el país. “Nosotros tenemos el ataque del virus colombiano que
manda Iván Duque con los trocheros. Ningún país del mundo está sometido a una
invasión del virus de otro país”, dijo en julio. Aseguró que los migrantes eran
“armas biológicas”.
“Anula al 100% al
coronavirus”
El 25 de octubre
de 2020 Maduro afirmó que científicos venezolanos hallaron una molécula llamada
DR-10, capaz de “aniquilar” al coronavirus. “Venezuela ha conseguido una
medicina que anula al 100% al coronavirus”, dijo en una transmisión en redes
sociales donde mostró una especie de ampolla con un líquido amarillo que sería
la molécula. Sin presentar ningún respaldo científico, dijo que había iniciado
el proceso de certificación ante la Organización Mundial de la Salud para
“ratificar los resultados obtenidos por el IVIC”. El ingrediente activo de la
molécula es un derivado del ácido ursólico de una planta, que no es tóxico para
los humanos, que se ha probado en hepatitis B, virus de papiloma humano y ébola
y en pruebas in vitro en laboratorio en el Instituto Venezolano de
Investigaciones Científicas para el SARS-CoV-2.
Las goticas
milagrosas
La última medicina
que ha promovido Maduro para el coronovirus la ha convertido en milagro: el
carvativir, mejor conocido en Venezuela como las gotas milagrosas del Doctor
José Gregorio Hernández, un nombre que el propio mandatario le puso en honor al
conocido médico del siglo XIX que aspira a un puesto en el santoral católico.
Se trata de un producto a base de tomillo que, según Maduro, “neutraliza las
células del virus”. Lo ha comenzado a distribuir en todo el país y ha dicho que
se venderá en farmacias, pues asegura que se han cumplido con todos los
procedimientos farmacológicos, sanitarios, biológicos y moleculares. “Se puede
usar como profiláctico, para fortalecer la salud y la inmunidad; se utiliza
curativamente como terapéutico, para todos los casos: coronavirus asintomático,
con síntomas leves, moderados, graves y gravísimos; y también pos-covid”. Ha
dicho que fue desarrollada en el Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas, sin embargo, la asamblea de investigadores de la institución
emitió un comunicado en el aseguraban que desconocían esos estudios (El Pais)
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