Las comunidades de Cataluña, Baleares y Valencia han forjado un frente
mediterráneo en el Consejo de Política Fiscal y Autonómica, el órgano en el que
se deciden las líneas maestras de la política económica de las comunidades. Y
juntas han reclamado al Gobierno más margen con el cumplimiento de la senda de
déficit. Cataluña y Valencia apuntan un claro incumplimiento de la meta fijada
en el 0,7% del PIB. Así que unidas a Baleares han votado en contra del objetivo
marcado por el Gobierno para 2016. Es más, durante una reunión previa de
carácter técnico han exigido a Hacienda que reparta con las autonomías parte de
la relajación que Bruselas concedió en julio. Europa entonces regaló un punto
de déficit, es decir, unos 10.000 millones menos de ajuste para este 2016. Pero
el Estado central se ha quedado con todo ese margen para compensar la gran
desviación que existe en la Seguridad Social. Y Cataluña y Valencia se han
revuelto contra el Gobierno por ello. De hecho, la Generalitat catalana siempre
ha planteado que el margen de déficit que se les concede es muy estrecho si se
tiene en cuenta todos los gastos sociales y de seguridad en los que incurre. No
obstante, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha intentando quitar
hierro al asunto argumentando que sólo ha habido algunas
"diferencias".
Respecto a 2017, en un primer momento del consejo, Montoro se ha hecho
el duro y ha planteado a las comunidades un objetivo del 0,5% del PIB. Pero un
poco más tarde durante la reunión lo ha cambiado al 0,6% que ya tenía acordado
con el PSOE. Como avanzó el diario El PAÍS, el partido socialista ha conseguido
con sus negociaciones arrancar del Gobierno una décima del PIB menos de
ajustes, esto es 1.000 millones de euros. Aunque la mitad de las comunidades
probablemente incumpla el objetivo de estabilidad presupuestaria, las que este
año se acerquen al objetivo del 0,7% del PIB lo tendrán muy fácil para el 2017:
en el próximo ejercicio tendrán más ingresos por el crecimiento de la economía,
y sólo tendrán que rebajar el déficit en una décima. En consecuencia, al menos
éstas no tendrán que aplicar ningún recorte. La consejera de Hacienda de
Andalucía, María Jesús Montero, ha afirmado que este acuerdo sobre la senda de
déficit supone un paso importante para que pueda haber otros pactos entre el
Gobierno y el PSOE.
A pesar de la relajación de una décima, Cataluña, Valencia y Baleares
también han rechazado el 0,6% establecido para 2017. Aunque los catalanes han
confeccionado un Presupuesto de 2017 ajustándose a la senda exigida, el
vicepresidente de la Generalitat catalana, Oriol Junqueras, demanda un objetivo
más fácil del 1,2% del PIB. Junqueras también se ha quejado de que el Gobierno
se haya sacado de la manga un impuesto a las bebidas azucaradas que la
Generalitat ya tenía previsto aprobar y por el que preveía recaudar unos 41
millones de euros.
Por su parte, Valencia ha manifestado que el año que viene su déficit
acabará en el 1,4% si no se reforma el sistema de financiación o se concede
algún alivio como préstamos del Fondo de Liquidez Autonómico a tipo cero. Los
valencianos aducen que no tendrían tantos problemas si se solventase su
infrafinanciación. Cuando algunas comunidades exigieron que se abordase cuanto
antes la postergada reforma del sistema de financiación, la vicepresidenta
Soraya Sáenz de Santamaría ha respondido en el Consejo de Política Fiscal que
el asunto se tratará en la Conferencia de Presidentes fijada para enero.
A pesar de relajar la senda de consolidación fiscal para el próximo
año, el Gobierno ha mantenido la exigencia de que las autonomías logren el
equilibrio presupuestario dentro de tres años. Los objetivos de estabilidad
presupuestaria fijados para el periodo 2017-2019 son: un déficit del 0,6% en
2017, del 0,3% en 2018 y del 0% en 2019. También se ha establecido el objetivo
de deuda pública de las comunidades: un 24,4% del PIB en 2016, un 24,4% en
2017, un 24,1% en 2018 y un 22,7% en 2019 (El Pais)
Sem comentários:
Enviar um comentário