Curiosamente, escreve o jornalista Maiol Roger do El Pais, "la Generalitat lanzó ayer una advertencia a José Luis Rodríguez Zapatero: que trate de atajar el déficit del Estado sin intervenir a las comunidades autónomas. La alarma saltó en el Gobierno catalán tras leer la entrevista que publicó ayer el Financial Times en la que el presidente del Gobierno aseguraba que si las comunidades "no cumplen con el control del gasto, el Gobierno actuará". La advertencia de Zapatero de que el Ejecutivo central tiene "la llave" de las operaciones de endeudamiento de las comunidades suscitó malestar en la Generalitat, que calcula que este año deberá captar 11.000 millones de euros de los mercados para atender a sus necesidades de financiación. El consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, admitió que Cataluña debe atenerse a las autorizaciones del Ministerio de Economía y Hacienda, lo cual consideró que es "un recurso extremadamente poderoso". "¿Se han parado a pensar si pueden utilizarlo? ¿Qué harán, empujarán a una economía a no poder pagar sus facturas?", se preguntó Mas-Colell en una entrevista en TV3. Sin embargo, el Ejecutivo central sí ha utilizado esa potestad cuando, tras el último Consejo de Política Fiscal y Financiera, rechazó que Castilla-La Mancha y Murcia puedan emitir deuda tras haber rebasado el objetivo de déficit del 2,4% que acordaron todas las comunidades. Ahora Cataluña se halla en esa situación, puesto que el Ejecutivo catalán estima que cerró 2010 con un déficit del 3,6%. Esto podría significar que el Ministerio de Economía decida impedir nuevas operaciones, lo cual pondría en aprietos a la Generalitat, cuyos recursos, según el consejero, de momento solo le permiten afrontar los dos próximos meses. Mas-Colell concedió que la economía española está en un contexto "relativamente bueno" pero reclamó que "el precio de la no intervención de España no sea la de Cataluña". "Estoy seguro de que no será así, porque seremos responsables y haremos los deberes siempre que el Gobierno central se comporte con lealtad", afirmó. El titular de Economía catalán pidió asimismo que la Administración del Estado adelgace, pero "no particularmente" a costa del Estado de las Autonomías. La Generalitat se opondrá a cualquier reforma del Estado que suponga quitar competencias a las comunidades. "Por aquí ni pasamos ni pasaremos", advirtió el portavoz del Ejecutivo catalán, Francesc Homs. Los partidos catalanes apuntaron que es el Estado quien debe hacer los deberes. El portavoz de Convergència i Unió en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, recomendó a Zapatero "que se ocupe de que la economía española no sea intervenida" en lugar de lanzar advertencias a las comunidades. El líder de Unió alertó que abrir el debate sobre el Estado autonómico es "hacer recaer la responsabilidad de la actual situación económica en las autonomías". Más lejos fue Oriol Pujol, secretario general adjunto de Convergència, que recomendó al Estado prescindir de las autonomías menos viables. "Ustedes colocaron un montón de comunidades autónomas en forma de vagones detrás de una locomotora que es Cataluña. Si ustedes deciden que hay vagones que se quieren descolgar, ustedes mismos", expresó Pujol. En esta línea, Esquerra Republicana e Iniciativa pidieron al resto de partidos un pacto contra lo que consideran la "recentralización del Estado". El PSC aseguró que no tolerará ningún retroceso en el modelo autonómico, pero evitó discrepar de Zapatero. La portavoz adjunta socialista en el Parlamento catalán, Laia Bonet, tildó las declaraciones del presidente de "demasiado genéricas". "Estamos de acuerdo en contener el déficit, pero respetando plenamente el autogobierno y las competencias de cada uno", advirtió Bonet. Incluso el PP catalán alertó contra un recorte competencial. Su presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, abogó por un adelgazamiento de la Administración catalana, pero sin tocar competencias".
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