sexta-feira, fevereiro 04, 2011

Egipto: o discurso de Obama

"Buenas noches a todos. En los últimos días, los estadounidenses han visto cómo se desarrollaban los acontecimientos en Egipto. Hemos visto inmensas manifestaciones del pueblo egipcio. Hemos presenciado el comienzo de un capítulo nuevo en la historia de un gran país, viejo socio de Estados Unidos.
Mi Gobierno ha estado en estrecho contacto con nuestros colegas egipcios y con amplios sectores de la población, además de otros países de la región y de todo el mundo. Y en todo este tiempo, hemos defendido una serie de principios fundamentales.
En primer lugar, nos oponemos a la violencia. Quiero felicitar al ejército egipcio por la profesionalidad y el patriotismo que ha demostrado hasta ahora, al permitir las manifestaciones pacíficas y, al mismo tiempo, proteger a los ciduadanos. Hemos visto carros de combate cubiertos de banderas, soldados y manifestantes abrazándose en las calles. Insto a los militares a que, de aquí en adelante, continúen sus esfuerzos para contribuir a que este periodo de cambio sea pacífico.
En segundo lugar, defendemos los valores universales, incluidos los derechos del pueblo egipcio a la libertad de reunión, la libertad de expresión y la libertad de acceso a la información. Una vez más, hemos visto la increíble capacidad de la tecnología para hacer más fuertes a los ciudadanos y la dignidad de quienes propugnan un futuro mejor. Estados Unidos va a seguir defendiendo la democracia y los derechos universales que todos los seres humanos merecen, en Egipto y en todo el mundo.
En tercer lugar, hemos hablado alto y claro sobre la necesidad de cambio. Después de que el presidente Mubarak pronunciara su discurso de hace unas horas, hablé directamente con él. Reconoce que la situación es insostenible y que es preciso que cambie. Todos los que tenemos el privilegio de servir en puestos de poder político estamos sujetos a la voluntad de nuestros ciudadanos. En sus miles de años de historia, Egipto ha conocido muchos momentos de transformación. Las voces del pueblo egipcio nos están diciendo que éste es uno de esos momentos; este es uno de esos instantes.
No corresponde a ningún otro país decidir quién va a gobernar Egipto. Sólo los egipcios pueden decidirlo. Lo que es indudable -y así se lo he dicho al presidente Mubarak- es mi convicción de que, para que la transición sea ordenada, debe ser verdadera, debe ser pacifica y debe comenzar ya.
Además, el proceso debe incluir un amplio espectro de voces y partidos de la oposición. Debe desembocar en unas elecciones que sean limpias y justas. Y debe producir un gobierno que no sólo esté basado en unos principios democráticos sino que sea receptivo a las aspitaciones del pueblo egipcio.
Durante todo este proceso, Estados Unidos seguirá tendiendo la mano y ofreciendo su colaboración y su amistad a Egipto. Y estamos dispuestos a proporcionar cualquier ayuda que sea necesaria para que el pueblo egipcio siga avanzando después de estas protestas.
En los últimos días, la pasión y la dignidad que han demostrado los ciudadanos de Egipto han sido una inspiración para todos los pueblos del mundo, incluido el de Estados Unidos, y para todos los que creen en que la libertad humana es inevitable.
El pueblo egipcio, en particular a los jóvenes, les digo rotundamente: Oímos vuestras voces. Tengo la inequívoca convicción de que vosotros vais a decidir vuestro destino y vais a saber aprovechar la promesa de un futuro mejor para vuestros hijos y vuestros nietos. Y lo digo como alguien que defiende a ultranza la relación de amistad entre Estados Unidos y Egipto.
Aún quedan tiempos difíciles. Faltan por contestar muchos interrogantes sobre el futuro de Egipto. Pero estoy seguro de que sus ciudadanos encontrarán esas respuestas. Esa certeza puede verse en el sentimiento de comunidad en las calles. Puede verse en las madres y los padres que abrazan a los soldados. Y puede verse en los egipcios que enlazaron sus brazos para proteger el Museo Nacional: una nueva generación que protegía los tesoros de la antigüedad, una cadena humana que unía una civilización grande y antigua con la promesa de un nuevo día.
Muchas gracias
" (fonte: El Pais)

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