Cuando solo era un proyecto, éste se llamaba Dream. Y
sí, prácticamente era un sueño, hasta que se hizo realidad en los astilleros
holandeses de Feadship. El reto era construir el que es ahora el yate privado
más largo jamás realizado en el país europeo, un dios del mar elegante y sinuoso
que destaca por su impresionante casco de color azul cobalto y que han
bautizado como Madame Gu. Con bandera de Bahamas, su propietario es un
misterio, como suele ser habitual en este tipo de encargos, pero sí ha
trascendido el ADN de la embarcación, cuya genialidad ingeniera y de diseño han
arrasado en los últimos World Superyacht Awards. Con casco de acero y
estructura de aluminio, la cubierta está presidida por un helipuerto (una
plataforma que, como la capota de un deportivo, se guarda bajo la tarima cuando
no es necesaria).(ABC)