Las
Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron este martes la reducción del
número de escaños de las mismas, que, previa aprobación del Congreso, pasarán a
tener 25 diputados frente a los 53 actuales. La medida, aprobada por la mayoría
del PP, contó con la enérgica oposición del PSOE, que llegó a abandonar
el Pleno como forma de protesta al considerar que esta reforma está hecha a
medida del PP y dificulta que otros partidos puedan recortarle
terreno. El Gobierno de Cospedal, por su parte, defiende la
iniciativa como una forma de aplicar austeridad en la Administración Pública y
reducir el gasto. Pero quién lleva la razón en este asunto? El PP se escuda en
el ahorro de algunos millones de euros del presupuesto, mientras que los
socialistas aseguran que el sueldo de los diputados representa un porcentaje
mínimo dentro de una región que gestiona un presupuesto de más de 7.000
millones de euros anuales. Para el PSOE, detrás de esta medida se encuentra la
intención del Gobierno regional de impedir el ascenso de su partido,
recurriendo para ello a la eliminación de escaños en las provincias
tradicionalmente socialistas y al aumento en las que suelen votar al PP.
Tres
reformas de la ley en seis años Y parece que, efectivamente, por
ahí van los tiros, habida cuenta de las sucesivas reformas de la ley que tanto
un partido como otro han ido haciendo en los últimos tiempos. Y es que, en
apenas seis años, la Ley Electoral de Castilla-La Mancha ha sufrido hasta tres
modificaciones, siempre en función de qué partido gobernase y cuáles fuesen sus
expectativas de voto en las siguientes elecciones. Así lo demuestra la historia
de las tres reformas, que han ido sumando o restando escaños en
provincias como Ciudad Real (favorable al PSOE), Toledo (favorable al PP) y
Guadalajara (favorable al PP) en función del partido que gobernase.
1.-
Reforma de 2007: a favor del PSOE.
En 2007,
tras la victoria del socialista José María Barreda, el PSOE llevó a cabo una
modificación mediante la que se sumaba un escaño a Toledo (de 11 a 12) y otro a
Guadalajara (de 7 a 8), manteniéndose igual Ciudad Real (11), Albacete (10) y
Cuenca (8). Pese al aumento de escaños en Toledo y Guadalajara,
tradicionalmente favorables al PP, la estrategia del PSOE pasaba por establecer
un número par de diputados en estas dos provincias para facilitar el empate entre
los dos grupos políticos. De este modo, y ante una ventaja del PSOE que se
había reducido llamativamente en 2007, la encargada de solucionar un
previsible empate sería la única provincia con número impar de escaños, Ciudad
Real, favorable tradicionalmente al PSOE. El PP llegó a presentar un
recurso de institucionalidad, pero el Tribunal Constitucional lo rechazó. No
obstante, la jugada acabó sin éxito: el desplome del PSOE y el ascenso del PP
fueron tales que Cospedal ganó las elecciones de 2011 incluso a
pesar de la reforma.
2.-
Reforma de 2012: a favor del PP.
Un año
después de llegar al Gobierno de Castilla-La Mancha, el PP reformó de nuevo la
ley electoral. En este caso, sólo Albacete mantuvo sus escaños (10). Por lo que
respecta a Ciudad Real, aumentó un diputado (de 11 a 12) para quedarse
en número par y favorecer el posible empate PSOE-PP en esta provincia, mientras
que Cuenca (de 8 a 9), Guadalajara (de 8 a 9) y Toledo (de 12 a 13) aumentaron
un escaño y se quedaron en cifra impar.
Esta
reforma reflejaba un claro cambio a favor de los intereses electorales del PP.
Para comprobarlo, sólo hacía falta hacerse una pregunta: ¿cómo habrían
quedado las elecciones de 2011 si, en vez de aplicarse la antigua ley
electoral, ya hubiese existido esta última reforma? La respuesta es
clara y contundente a favor del PP, que habría obtenido una ventaja aún más
amplia.
3.-
Reforma de 2013: a favor del PP y en contra de los partidos pequeños.
La última
reforma, aprobada este martes por las Cortes de Castilla-La Mancha, reduce el
número de diputados prácticamente a la mitad. En este caso, Ciudad Real (de 12
a 6) mantiene el número par de escaños y Cuenca (de 9 a 4), Guadalajara (de 9 a
4) y Toledo (de 13 a 6) se unen también a la cifra par, mientras que Albacete
(de 10 a 5) se queda como única provincia con un número impar de escaños. En
este caso, la estrategia del PP va por otro lado. Con la reducción de escaños,
el número de votos necesarios para obtener un escaño aumenta
significativamente. Este hecho no sólo perjudica al PSOE a la hora de intentar
recuperar escaños, sino que establece una barrera aún más alta para los
partidos pequeños que quieran acceder a las Cortes de Castilla-La Mancha. –
Texto do El Confidencial, com a devida vénia