quinta-feira, março 01, 2012

Opinião: "Es el ebook la esperanza para el periodismo?"

"El periodista Marc Herman es el autor de Las costas de Trípoli, un libro electrónico publicado en Amazon Single el día 21 de diciembre de 2011. Se vende por 2,68 euros si se compra desde España (en Estados Unidos cuesta 1,99 dólares). Herman convivió con los habitantes de un pueblo de la montaña cercano a Trípoli cuando comenzaba la rebelión Libia a principios de 2011. Su trabajo se publicó en la edición digital de la revista The Atlantic Monthly. Pensó en la posibilidad de escribir un libro, pero su agente le recomendó que publicara un Kindle Single, el sello que lanzó Amazon a principios del año pasado para publicar obras de no ficción de entre 10.000 y 30.000 palabras.
Herman, que es colaborador de The Atlantic Monthly, Miller-McCune, GQ, y Harper's, vive en Barcelona. En 2004, publicó
En busca de El Dorado, un libro por el que recibió un anticipo de 50.000 dólares, según explica en “¿Por qué y cómo escribí un Kindle Single”, un interesante comentario en su blog
donde cuenta los motivos que le indujeron a publicar un ebook.
“El proceso de edición”, explica Herman, “fue muy similar al que se realiza para un artículo en una revista tradicional. La persona que se ocupa de Kindle Singles es
David Blum, un veterano periodista de revistas que durante un corto periodo de tiempo llegó a ser editor de The Village Voice
. Escribí un borrador y a él no le gustó. Me dio algunas recomendaciones. Escribí otro borrador y le gustó. Merrill Perman, que, entre otras cosas, que ha sido colaborador de The New York Times, se encargó de la edición de la copia (un editor que se ocupa de mejorar el texto en cuanto a estilo y precisión). En Amazon también realizaron el diseño de la cubierta”.
El autor propuso un título, pero se lo cambiaron. “Es habitual que cambien los títulos en las editoriales. Así que no me sorprendió”. De su experiencia, las principales diferencias de editar un libro electrónico y uno en papel fueron dos: “La velocidad del proceso y el riesgo de que decidieran no publicarlo en el programa Singles, que es algo así como una pequeña editorial dentro de Amazon. Blum ejerce el papel de portero y decide lo que entra y lo que no. Puede llegar a no pagarte ni un centavo si decide que no le gusta el texto una vez que está escrito. En ese caso, podrías autoeditarlo, pero si lo haces no cuentas con la ayuda de marketing y publicidad de Amazon”. Herman cree que en Amazon juegan con ventaja. “Por ahora son los únicos que hacen este tipo de edición a gran escala, así que no puedes llamar a la puerta de otro editor. En mi opinión, cuando el mercado evolucione, los escritores descubrirán mecanismos para proteger sus intereses”.
Valora positivamente su experiencia en la edición de un libro electrónico. “En el pasado he publicado libros y he recibido críticas muy generosas. Tengo mucha suerte porque he conseguido vivir de la escritura. Pero, en este sector, los últimos años han sido muy complicados. La gente está muy asustada y los editores son renuentes a asumir riesgos. Conseguir que un editor americano acepte una historia como la que he publicado en Amazon Singles es como intentar meter a un perro asustado en una jaula. Ha sido muy alentador ver que Amazon ha asumido un riesgo, aunque sea pequeño”.
El periodista ha constatado que sobre
Las costas de Trípoli
se han generado dos historias distintas. “La primera ha sido la que ha producido una crónica sobre cómo vivía la gente en Libia en pleno conflicto. Para mí es muy alentador comprobar que muchas personas estaban tan interesadas en el tema que han sido capaces de leer los comentarios del libro, hacer clic en “Comprar” e introducir el número de su tarjeta de crédito para pagar dos dólares. Esa es una excelente medida del interés por el tema”. La otra historia es la que ha generado la publicación del libro. “Descubrimos por sorpresa que se había producido algo así como un metarelato de la crónica. Paradójicamente ha habido más interés por parte de la prensa tradicional en el proceso de elaboración que sobre lo que cuento de Libia. Ahora mismo se me reconoce más como alguien que habla sobre modelos de los nuevos medios que como una posible fuente a quien preguntar sobre Libia. Es cierto que yo mismo lo he promocionado desde mi blog y haciendo entrevistas como esta. Tengo mi ego, como cualquier persona, pero espero que hablar sobre el proceso se entienda como una experiencia a sumar a una conversación más amplia sobre la transición que están viviendo los medios de comunicación”.
“La publicación de un libro electrónico me ha permitido tener una mirada muy cercana al proceso de transición en los medios de comunicación. Sé dónde están las trampas porque he caído en algunas de ellas en los últimos dos meses. Los principales obstáculos son la falta de opciones de marketing y de buenas soluciones de distribución. Mucha gente se publica a sí misma, pero, comparativamente, hay muy pocos expertos en ventas y marketing que ayuden en la venta de los libros. Amazon sí que ha apostado por mí en la promoción, pero después de unas pocas semanas, como es comprensible, han pasado a promocionar al siguiente autor. Intuyo que veremos pronto algunas ‘boutiques’ de marketing que entrarán en este negocio porque hay demanda”.
En marzo, viajará a Indonesia para realizar unos reportajes para la nueva revista
Pacific Standar
. Considera que gran parte del trabajo de la edición de libros electrónicos recae sobre los agentes y los autores. “Eso no es lo ideal. Mi agente debería estar vendiendo mis nuevas obras y yo debo dedicarme a nuevos proyectos. Ahora mismo tengo que estar pensando en lo que escribí hace dos meses y no debe ser esa la preocupación de un escritor o un periodista(texto de Fernando García, publicado no El Pais, com a devida vénia)

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