La contaminación empieza a ser un problema grave en
China, donde los niveles de polución han sobrepasado los límite. La neblina
gris, sucia y espesa se cierne sobre Pekín cada vez con más frecuencia y sus
ciudadanos viven expuestos a la toxicidad de los compuestos que quedan
suspendidos en el aire. La falta de respeto por el medio ambiente ha afectado a
la agricultura del gigante asiático, los casos de cáncer de pulmón se han
multiplicado y el diagnóstico ha empeorado. Las autoridades chinas movilizaron
a principios de año a técnicos mediambientales para poner en jaque a las
industrias contaminantes, está por ver si estos esfuerzos son suficientes y
llegan a poner coto a la sangría a la que están sometiendo al planeta (ElConfidencial)