
Buenas inversiones
No escatima en complementos. No sabemos si su doctorado en Biología Molecular le sirve para distinguir entre el cuero o la «polipiel», pero para salir de dudas ella invierte en bolsos de marca (más caros que los de Merkel, y nos encanta). Su fortuna personal hace que esto sea posible. La hemos visto tanto con un bolso negro de Chanel como con una cartera clutch de charol nude de Valentino de la pasada Primavera-Verano de ultra moda (¡lleva tachuelas!). Igual te habla sobre bacterias metanógenas (su tesis en Ciencias) como se compra unas sandalias peep-toe en Jimmy Choo. Su único fallo es que combina rigurosamente el color del bolso con el de los zapatos (incluso cuando se trata de la cartera de trabajo con la insignia del Gobierno), algo que no hacen las fashionistasdesde hace años. Ahora se lleva el contraste, sea en los materiales, las texturas o los colores. Aun así, perdonamos este desliz, porque acierta en lo más importante: ella lleva la ropa, la ropa no la lleva a ella. Va igual de cómoda enfundada en una bata de laboratorio que en un traje de noche de Zuhair Murad (un diseñador libanés para las muy entendidas). No se disfraza ni parece querer ir a la última, va cómoda y se nota que luce las prendas con naturalidad. No las ha elegido una estilista por ella, ni una personal shopperni una asesora de imagen. Y si lo han hecho, no se nota. El estilo se lleva en los genes, y esto lo decimos nosotros, sin que nos lo tenga que confirmar su ministerio" (texto de A. UREÑA, do ABC com a devida vénia)
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