Los miradores están de moda. “Es un fenómeno que en los últimos 15 o 20 años
se ha convertido en una tendencia que se observa de Noruega a Corea del Sur. Se
han multiplicado las construcciones cuyo fin es facilitar una mirada, una nueva
perspectiva sobre el entorno”. Hubertus Adam, director del Museo Suizo de
Arquitectura de Basilea (SAM), donde finaliza estos días una muestra sobre la
arquitectura de miradores, lo tiene claro. Piensa que entre los factores que
favorecen este auge están la creciente conciencia medioambiental, la
preeminencia de la imagen en la sociedad actual y el interés de las
instituciones por crear nuevas atracciones emocionantes para el turista. Torres,
plataformas, paseos... “Un mirador mira, pero mira con vértigo, inquieto, con
riesgo, vibrando, atento. Y el que mira se ve también por dentro, los sentidos
y nuestro cuerpo parecen reinaugurarse, suspendidos, sorprendidos en una mirada
aérea e ingrávida”, dice el arquitecto Josemaría Churtichaga, autor del mirador
de Almazán (Soria). (fonte: El Pais)