Escreve o El Pais, num texto do jornalista WALTER
OPPENHEIMER, que “el viceministro británico para Europa, David Lidington, ha
dado a entender que Escocia no solo dejaría de pertenecer a la Unión Europea si
se independizara sino que tardaría bastantes años en volver a ser admitida.
Lidington insinuó también que España podría vetar el reingreso de Escocia
debido al contencioso interno acerca de Cataluña y el País Vasco, aunque no lo
dijo directamente con esas palabras. Lidington lanzó esas advertencias este
jueves en una entrevista conjunta con las cadenas escocesas de ITV y la BBC, en
vísperas de que el jefe del Foreign Office, William Hague, haga público este
viernes en Glasgow un documento del Gobierno británico sobre las consecuencias
internacionales que a su juicio tendría la independencia de Escocia. La
cuestión clave desde ese punto de vista es cómo afectaría esa independencia a
las relaciones con instituciones internacionales como Naciones Unidas, la OTAN,
la Commonwealth y, sobre todo, la UE. Ya se sabe desde hace tiempo, y así lo ha
confirmado Liddington, que Londres opina que Escocia quedaría fuera de esas
instituciones y debería pedir el reingreso.
Los independentistas admiten que, sobre el papel, eso es así, pero creen
que en la práctica se resolverá el problema durante el año y medio de
negociaciones que a su juicio habría entre una eventual victoria
independentista en septiembre de este año y la independencia en si misma, que
creen que llegaría en marzo de 2016, un plan que Liddington calificó de “muy
inverosímil”. Por eso el viceministro no ha puesto tanto el acento en el debate
ya superado de la pertenencia a la UE como en las dificultades que tendría Escocia
para lograr el reingreso.
“Habría algunos países con movimientos secesionistas que serían muy
cautos antes de dar la luz verde y habría países en Europa del Este que tienen
sus propias preocupaciones por le lentitud con la que están accediendo a los
fondos agrícolas de la UE”, advirtió. “Nadie puede decir con toda confianza que
si Escocia se va de Reino Unido hay un camino automático y tranquilo de regreso
a la UE”, añadió. Preguntado en concreto sobre la posibilidad de un veto
español, respondió: “Eso tendrían que preguntárselo al Gobierno español. Pero
no hay duda de que la cuestión clave aquí es que hace falta la unanimidad del
resto de Reino Unido y de los otros 27 socios para que una Escocia
independiente se una a la UE, no solo como cuestión de principios sino en todos
y cada uno de los detalles”. Y recordó que las negociaciones de adhesión
“suelen ser cosa de años, de muchos años, no de meses”. Detrás de sus palabras,
sin embargo, hay más mensajes al electorado escocés que una verdadera doctrina
de la posición británica como Estado. Si Reino Unido sigue en la UE, es tan
importante para Londres como para Edimburgo que también Escocia siga dentro. Y
los independentistas juegan con esa realidad para intentar convencer a los
escoceses de que, a la hora de la verdad, seguirían formando parte de la UE.
De la misma manera que nadie cree que algún día haya controles
fronterizos entre Reino Unido y una Escocia independiente, aunque Lidington
recordó que “no es una opción atractiva pero es el Gobierno escocés el que
tendría que convencer a los demás miembros de la UE de que no les permitiera
sortear la obligación de unirse a Schengen”.