quinta-feira, setembro 18, 2014

Referéndum en Escocia: quién está detrás del «sí» y del «no» a la independencia

Segundo o ABC, "más de cuatro millones de personas están registradas para votar en una consulta detrás de la que hay dos claros protagonistas: Alex Salmond, el carismático líder que promueve la independencia, y el primer ministro británico, David Cameron, el «tory» inglés que aboga por el no». La independencia escocesa ha sido y es el gran objetivo de Salmond (Linglitgow, 1945), jefe del Partido Nacional Escocés (SNP), algo que ha defendido con determinación a lo largo de su carrera política. Una sorprendente mayoría absoluta en 2011 llevó a este popular político a atreverse a lanzar al Gobierno de Londres el mayor de los órdagos: un referéndum sobre la independencia. «Es un brillante jugador de fondo, un calculador. Elegante e inteligente, lo escudriña todo con esos diminutos ojos negros y, mientras otros juegan al ensayo y error, él mantiene su juego». lo describía en el año 2011 el escrito escocés Neal Ascherson en «The Guardian». Hijo de una madre conservadora y un padre laborista, mayoría entre los votantes de su región natal, nunca ha ocultado el que ha sido uno de sus grandes referentes: su abuelo. «Él me enseñó cómo debían ser las cosas, más que cómo eran», aseguraba a la BBC. De hecho, fue su influencia la que hizo que se afiliara al SNP. Estudió en la elitista universidad de St. Andrews donde se curtió en sus enraizados ideales nacionalistas y se licenció en Económicas e Historia. Después de unos años de trabajo para el banco Royal Bank of Scotland, en 1979 consiguió su primer escaño como diputado en Londres por el entonces dividido Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), que ahora lidera sin oposición. En 2007 hizo historia al convertirse en el primer nacionalista elegido primer ministro de Escocia, aunque tuvo que gobernar en minoría y no pudo entonces convocar su prometido referéndum de independencia. Eso sí, la gestión de Salmond convenció a los escoceses por su empeño en elevar la voz de la región y enfrentarse a los partidos de Londres, además de por medidas muy populares como la gratuidad de los medicamentos y la universidad. En los siguientes comicios, en 2011, arrasó como no lo ha hecho nadie en la corta historia del nuevo Parlamento escocés, en funcionamiento desde 1998, con una clara mayoría absoluta. Su expansiva faceta política -sus apariciones públicas y en medios de comunicación son constantes- contrasta con una actitud casi de secretismo hacia su vida privada. Lleva 30 años casado con Moria McGlashan, una mujer 17 años mayor que jamás concede entrevistas ni tiene una actividad pública pero a la que se considera su gran aliada en la sombra. La pareja nunca ha tenido hijos y poco más se sabe de la intimidad del popular político.
David Cameron y la permanencia
Frente a la postura independentista de Salmond está, a la cabeza, el primer ministro británico, David Cameron. Prototipo del inglés aristocrático, educado en los colegios más elitistas y defensor de las tradiciones de Inglaterra, provoca recelo entre los escoceses. En la campaña por el referéndum sobre la independencia de Escocia, Cameron ha tratado de evitar su presencia en esta región para no perjudicar a su bando unionista, ya que los ingleses «tories» de pura cepa son vistos con antipatía al otro lado de la Muralla de Adriano, la construcción romana que marca el límite natural entre Inglaterra y Escocia. Nacido en Londres el 9 de octubre de 1966, Cameron procede de una familia aristocrática y sus antepasados estaban emparentados con el rey Guillermo IV (1765-1837) de Inglaterra, aunque sus raíces paternas proceden del condado escocés de Aberdeenshire. El jefe del Gobierno siempre ha remarcado estos lazos familiares escoceses para fortalecer su causa unionista y la importancia de conservar el Acta de Unión de 1707 entre Inglaterra y Escocia. Tras pasar por el colegio secundario de Eton, a las afueras de Londres, Cameron estudió Filosofía, Política y Economía en el Brasenose College de la Universidad inglesa de Oxford, donde destacó por su capacidad para la oratoria y su defensa del conservadurismo. Fue miembro del elitista Club Bullingdon de Oxford, famoso por las borracheras de los estudiantes y por los daños materiales que provocaban fruto de una fuerte embriaguez. Después de graduarse en Oxford, su padre le consiguió un trabajo como administrativo en una empresa de Hong Kong, donde estuvo apenas tres meses antes de volver a Londres para entrar en política. Fue asesor especial del exministro británico conservador de Economía Norman Lamont, bajo el mandato de John Major, antes de hacer su primer intento por llegar a la Cámara de los Comunes en 1997 por la circunscripción inglesa de Stafford, pero su aspiración quedó frustrada por la aplastante victoria de los laboristas. Cameron tuvo que esperar a los comicios generales de 2001 para entrar en el Parlamento, al ganar el escaño por la circunscripción de Witney, en el condado inglés de Oxfordshire. A partir de entonces, su carrera fue meteórica y, tras la victoria de los laboristas en las generales de 2005, fue elegido líder del partido en sustitución de Michael Howard. Después de más de diez años de gobiernos laboristas y sumido el Reino Unido en una profunda recesión, Cameron llegó al poder en mayo de 2010, aunque tuvo que negociar una coalición con los liberaldemócratas porque su formación no obtuvo los escaños suficientes para gobernar en solitario. Al entrar en Downing Street entre sus medidas figuró la de conceder al ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond, la posibilidad de convocar un plebiscito sobre la independencia de Escocia. Así, el 15 de octubre de 2012 acordó con Salmond la celebración de este histórico referéndum y permitió que la palabra independencia figurase en la pregunta de la consulta. Esta decisión, vista ahora por muchos analistas como un auténtico error de cálculo, fue tomada en momentos en que no se percibía una gran pasión por la independencia en Escocia, aunque sí por conseguir más poderes del Parlamento de Westminster. Con el avance ahora del «sí» a la independencia en los sondeos, la decisión de Cameron de aceptar el referéndum es muy cuestionada. Un voto favorable a la independencia haría pasar a David Cameron a la historia como el primer ministro que permitió la partición del Reino Unido después de 307 años, lo que haría que su posición al frente del Gobierno fuese prácticamente insostenible"