segunda-feira, setembro 29, 2014

Un viaje por los cielos de la II GM

Tras la Primera Guerra Mundial las potencias económicas consiguieron realizar grandes progresos en materia de motores y aviación. Analizaron los defectos de los aviones que habían sobrevolado las ciudades de la Gran Guerra como el peso excesivo, la resistencia aerodinámica elevada o la escasa potencia de sus motores, y diseñaron modelos mucho más avanzados. Por desgracia, en 1939, cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, todos esos avances tecnológicos se pusieron al servicio de los ejércitos. Se diseñan bombarderos resistentes y de gran autonomía con el objetivo de recorrer gran cantidad de kilómetros y arrojar bombas en puntos clave de las ciudades enemigas. Uno de los más efectivos fue el británico Avro 683 Lancaster, que tenía un alcance de más de 2.500 kilómetros y una carga de 6.300 kg en bombas. Por su parte los norteamericanos diseñaron el Boeing B-17 Flying Fortress, capaz de sostener 13 ametralladoras y cargar con hasta 8.000 kg de bombas. También destacaron el Mitsubishi G4M japonés, el Heinkel He 111 alemán o el IIyushin DB-3 soviético, capaz de alcanzar un altura de 31.825 pies (9.700 metros) gracias a la disposición de una cabina presurizada para la tripulación. Los efectos de los bombarderos en las ciudades eran devastadores. Por ello se diseñaron los cazas, pequeños aviones ligeros y veloces que tenían por objetivo derribar bombarderos y cazas enemigos. El Messerschmitt Me 262 cumplía a la perfección dicha misión. Este caza alemán, considerado el primer avión de combate de reacción, llegó a derribar más de 500 aviones aliados. En el otro bando, la Unión Soviética fabricó más de 16.500 unidades del Yákovlev Yak-9, el caza más utilizado por la URSS a partir de la segunda mitad de la Guerra. También fue el caza que participó en todas las operaciones del Ejército Rojo a partir de la batalla de Stalingrado. En esta galería realizamos un repaso de los aviones que volaron en los cielos de la Segunda Guerra Mundial (El Confidencial)