El aumento de grupos de carteristas que operan en Gran Canaria a la caza del turista no es ningún mito alentado por fuerzas oscuras. Las quejas por los hurtos ha llegado al Puerto de Las Palmas, con varias navieras que han advertido a sus consignatarias y a la Autoridad Portuaria del incremento de este fenómeno. Al cierre de la temporada alta de cruceros, que comenzó en octubre y ha terminado este mes de abril, varios cruceros han detectado entre sus clientes un aumento de casos respecto a temporadas anteriores. Ocurrió, por ejemplo, con el Iona, uno de los grandes buques de la compañía británica P&O que hace escalas habituales en Las Palmas de Gran Canaria. En esta ocasión atracó en el muelle de Santa Catalina los meses de febrero y de marzo.
Mesa y López y Triana
Durante una de las visitas programadas a la ciudad, un grupo de cruceristas sufrió una oleada de robos en las áreas comerciales, sobre todo en las zonas peatonales cercanas a las tiendas de Zara, como Mesa y López o Triana, que son los principales polos de atracción por sus servicios e interés histórico. Las quejas al regresar al barco causaron preocupación en los responsables de seguridad del crucero Iona, cuyo oficial al mando comunicó lo sucedido a la consignataria local y esta a la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP). Los mensajes remitidos entre las compañías y la administración portuaria no son alarmantes, pero sí evidencian un problema que va en aumento. «En nuestra última visita hemos tenido un mayor número de robos denunciados por los huéspedes mientras estaban en tierra», recoge una de esas comunicaciones.
Crecen los hurtos
Las cifras de los hurtos registrados «siguen siendo relativamente bajas en comparación» al número de pasajeros a bordo, pero sí han aumentado de manera significativa respecto a otras temporadas, añade el mismo mensaje. El capitán del buque pide la intervención de la policía local para resolver el problema en las próximas visitas, una sugerencia encaminada a evitar o reducir en la medida de lo posible la incidencia de los robos en las zonas comerciales de la capital. La llegada del Iona es uno de los platos fuertes de la temporada alta en la capital grancanaria. El buque inglés, que suele hacer todos los años un tour por Tenerife, Lanzarote y Gran Canaria, está entre los cruceros más grandes del mundo. Mide 344,5 metros de eslora, 54 de manga y tiene un calado de 8,6 metros, con una capacidad total de 5.200 pasajeros.
El buque 'Iona', afectado
Es, además, un buque de nueva generación, con sistemas de propulsión a gas, terrazas con vistas panorámicas y habitaciones de lujo, entre otros atractivos que se distribuyen por sus 18 cubiertas de altura. Su principal particularidad salta a la vista nada más mirarlo: a un costado de su proa lleva pintada la Union Jack, que es la bandera de Reino Unido. El crucero fue inaugurado en 2021 y desde entonces hace escala todos los años el muelle Santa Catalina, aunque no hace operaciones de puerto base en Canarias, sino que siempre embarca y desembarca a sus huéspedes en Southampton, Inglaterra. La Asociación de Guías Turísticos de Gran Canaria también ha constatado la presencia de grupos organizados de carteristas en las zonas de mayor afluencia de visitantes, como son Maspalomas, MogánArucasTeror o el casco histórico de Las Palmas de Gran Canaria.
Incidentes los días de mercadillo y cruceros
Estas incidencias aumentan los días de mercadillo o cuando arriban los cruceros al Puerto de Las Palmas, según ha denunciado este colectivo el pasado mes de marzo, al verse inmersos en varios enfrentamientos con estos delincuentes y tener que salir en defensa de sus clientes. No se trata de robos violentos, sino mediante despistes. Son frecuentes en temporada alta, como denuncian también desde el Iona, y han motivado que los guías turísticos se organicen para evitarlos. Algunos, incluso, llevan silbatos y los hacen sonar en señal de alerta cada vez que detectan a los intrusos (Jornal La Provincia, Canárias, texto do jornalista M. Reyes)
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