En El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2011 se hace hincapié en las diferentes repercusiones que tuvo la crisis alimentaria mundial de 2006-08 en los distintos países, y que afectó más a los más pobres. Mientras que algunos países grandes lograron hacer frente a las peores consecuencias de la crisis, las poblaciones de muchos países pequeños que dependen de las importaciones registraron un aumento considerable de los precios que, aunque solo fuera temporal, puede tener efectos permanentes en su capacidad de obtener ingresos y de salir de la pobreza en el futuro. El informe del año en curso se centra en los costos de la volatilidad de los precios de los alimentos, así como en los riesgos y oportunidades que plantean los elevados precios de los alimentos. El cambio climático y la mayor frecuencia de las perturbaciones meteorológicas, el aumento de los vínculos entre los mercados energéticos y agrícolas debido a la creciente demanda de biocombustibles y el aumento de la “financierización” de los productos alimenticios y agrícolas básicos apuntan a que la volatilidad de los precios será una realidad perdurable. En este informe se describen los efectos de dicha volatilidad en la seguridad alimentaria y se presentan opciones en materia de políticas para reducir la volatilidad de una forma efectiva en función de los costos y para controlar dicho fenómeno cuando no se pueda evitar. (fonte: FAO)
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