Escreve a jornalista do El Pais MILENA FERNÁNDEZ que “os más importantes expertos del mundo en cambio climático se quedaron compuestos y sin congreso. La ciudad de los canales se hunde poco a poco, y la población y el patrimonio artístico pagan las consecuencias. Mientras, los políticos prefieren mirar hacia otro lado. La sede veneciana de la Unesco se ha visto obligada a cancelar en el último minuto una conferencia internacional de alto nivel destinada a poner en claro el futuro de Venecia. Un futuro cuestionado porque el Plan Moisés, el más ambicioso proyecto de ingeniería diseñado para salvar la ciudad del avance de las mareas, parece insuficiente. En el siglo pasado Venecia se hundió 23 centímetros y, debido al calentamiento global del planeta las mareas altas son cada vez más frecuentes. Para proteger la ciudad se diseñó el Plan Moisés (módulo experimental electromecánico), cuyo objetivo es cerrar temporalmente los tres pasillos que conectan la laguna de Venecia con el mar. La obra consiste en 78 compuertas móviles hundidas en el fondo marino. Cuando la marea supera los 1,10 centímetros, dichas compuertas suben para proteger la ciudad. Los planes son que empiecen a funcionar en el año 2014. Los 60 expertos convocados por la Unesco deberían haberse sentado a discutir sobre este proyecto en un congreso entre el 14 y 15 de noviembre. Sin embargo, tres días antes de la apertura llegó una carta al despacho de Engerlbert Ruoss, director de la Unesco, remitida por el anterior gobierno de Silvio Berlusconi. En ella se anunciaba, sin más explicaciones, la cancelación del evento. Algunos de los expertos que habían sido convocados al cónclave se muestran muy críticos con el Plan Moisés, y sospechan que esta puede ser la razón por la que ha sido suspendido. Ruoss, en cuyo despacho cuelgan los carteles con góndolas llenas de nieve que anunciaban el evento internacional, no esconde su desencanto: "Me gustaría saber el motivo por el cual la conferencia ha sido anulada. No sé si se hará de nuevo". Georg Umgiesser, oceanógrafo del Consejo Nacional de Ciencias Marinas en Venecia, y Stefan Rahmstorf, del Instituto para la Impacto del Cambio Climático en Potsdam (Alemania), tenían programado acudir al congreso. Ambos creen que le seminario ha sido "censurado" porque las autoridades no creen conveniente hablar del tema en este momento. "Todos los interesados deberían hablar sobre el futuro de Venecia y de la laguna", dice Umgiesser. Sin embargo, este experto cree que en este momento tienen miedo de discutir acerca del Moisés. "Estoy seguro de que se podrá hablar al respecto cuando esté terminado y se haya invertido todo el dinero. Pero, ¿a quién le interesará entonces? Si no funciona, bueno, se pensará en otra cosa. Este fue el último acto del Gobierno Berlusconi para Venecia. Lástima", comenta el oceanógrafo desde su luminoso despacho. Desde Alemania, Rahmstorf opina en la misma línea. "Parece que los intereses de las empresas que construyen el Moisés han jugado un papel importante. Por otro lado, el proyecto es bastante controvertido entre los expertos. Parece que una discusión abierta de los temas científicos no era del interés de algunos sectores", sostiene. El consorcio del Plan está formado por un grupo de empresas vénetas e italianas. Una construcción en la que trabajan a toda máquina más de mil personas. Tocar el tema del calentamiento global pondría las aguas venecianas en ebullición. El Moisés fue proyectado hace 30 años, cuando en la agenda no se discutía del cambio climático. Nació tras las fuertes inundaciones de 1966, que devastaron las 118 islas, conectadas por 400 puentes. El Moisés propone frenar las mareas altas para los próximos 100 años. No más. Pero dentro de un siglo el panorama que se vislumbra para Venecia es poco halagador. Para entonces, según las previsiones que hace el International Panel Climate Change (IPCC), el aumento del nivel del mar llegaría a ser de 50 centímetros. Sin embargo, Rahmstorf maneja otras previsiones que podrían ser aún más catastróficas para Venecia. Un estudio realizado por el experto alemán estima que en el próximo siglo el rango oscilará entre los 75 y 190 centímetros. Para llegar a tal conclusión se basa en el aumento del nivel del mar y la temperatura del planeta, observando lo ocurrido en el pasado. "Iba a presentar los últimos estudios sobre el nivel mundial del mar. Esto incluye el resultado de nuestro trabajo reciente. Demuestra que en el siglo XX el nivel del mar ha aumentado más rápidamente que en cualquier tiempo de los últimos 2.000 años", comenta desde Potsdam el científico. El Moisés se programará para entrar en funcionamiento cuando llegue a Venecia la previsión de una marea que supere los 1,10 centímetros. Sin embargo, el agua alta de 1,10 centímetros es un fenómeno cada vez más frecuente. Sucede 180 veces al año. Así, según un estudio realizado por el oceanógrafo Umgiesser, dentro de 100 años las compuertas móviles del Moisés funcionarán "unas 2.000 horas al año". Es decir, un cuarto del año. A su juicio, esto sería peligroso para la laguna veneciana, que corre el riesgo de convertirse en una "cloaca", porque la mayor parte de las aguas negras acaban en los canales”.
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