El desabastecimiento en Venezuela no es algo exclusivo de los mercados
de comida donde productos de primera necesidad poco se ven y cuando aparecen
vemos como largas filas, algunas interminables se juntan en sus puertas durante
horas también en los hospitales. Parece extraño que esto ocurra cuando alguna
vez escuchamos al fallecido presidente Hugo Chávez decir en noviembre de 2011:
«La medicina capitalista es una cosa perversa (…) Cuando la vida misma se
convierta en mercancía. ¿Cuánto vales? ¿Cuánto hay pa’ eso? Si tienes, vives;
si no tienes, no vives». Es en ese momento donde la gente se pregunta: ¿Es
perversa la medicina socialista también? Nos adentramos en los centros de salud
públicos venezolanos para encontrar la respuesta y allí observamos como se
están deteriorando cada día más. La falta de medicamentos equipos y hasta de
profesionales de la medicina ha provocado el cierre de los servicios de
emergencia y de cirugía de muchos de los hospitales. Ahora existen los llamados
«Bachaqueros de la medicina», es decir aquellas personas que contrabandean
insumos para venderlos en las puertas de los centros hospitalarios, aprovechándose
de la necesidad de los enfermos. Es frecuente escuchar en las tertulias de los
venezolanos cualquier cantidad de situaciones que nadie se imaginaria que
ocurren en una nación tan rica. En los últimos meses han fallecido personas
desangradas en las emergencias por carecer de cosas tan sencillas como bolsas
de sangre, anestesia y compresas para tratarlas.
Una crisis general hospitalaria
Desde hace varias semanas, hemos realizado recorridos por varios centros
de salud caraqueños como el Hospital Miguel Pérez Carreño, Hospital Pérez de
León y el Hospital Universitario y la realidad es como llegar a los
supermercados; hombres y mujeres desesperados buscando ser atendidos en las
emergencias, pero pocas tienen suerte porque muchas de las especialidades están
paralizadas por falta de materiales. Las salas de hospitalización están
desiertas arruinadas. La falta de medicamentos e insumos está relacionada con
las dificultades para importar, debido a que el Gobierno nacional controla el
mercado de divisas y demora las respectivas autorizaciones monetarias ante una
ola burocrática y en muchos casos corrupta que impide que se aceleren los
trámites.
Un informe publicado por El Programa de Educación Acción de Derechos
Humanos Provea señala que las deficiencias de los centros públicos de salud,
pasó de 1.976 en 2013 a 2.665 en 2014, lo que representa un aumento de 35%. En
comparación con el año 2013, el mayor aumento de denuncias se registró en la
falta de insumos o material médico-quirúrgico, cuyo peso porcentual varió de
9,62% a 11,26%, la falta de equipos médicos operativos, subiendo de 5,76% a 8,44%,
y el cierre o suspensión de servicios, el cual escaló de 5,47% a 11,33%. Una
encuesta realizada en 130 hospitales públicos de 19 estados del país, por
Médicos por la Salud (Red de médicos residentes de hospitales públicos) en
marzo de 2014, arrojó 38% de los quirófanos inoperativos, 28% de los centros
sin suministro de agua permanente, 19% sin equipos de Rayos X, 22% sin equipos
de Ecografía y 47% sin Tomógrafos. Además, 55% se encontraba con falla moderada
o grave de insumos básicos, 57% de insumos médico quirúrgicos y 51% de
catéteres y sondas. En el informe exponen el caso de Daniel Solórzano, un niño
de 4 años con tirosinemia, una enfermedad generada por deficiencia de enzima
que puede producir cáncer del hígado, que esperó 10 meses por el único tratamiento
que podía salvar su vida y que su madre solicitó a 4 organismos sin encontrar
ayuda.
Los médicos que se van
Los problemas de la salud se agravan con la iniquidad salarial, la
escasez de insumos y la inseguridad personal principales factores que motivan
la emigración de médicos venezolanos que buscan mejores oportunidades. El caso
de Vannessa Gómez estudiante de medicina del ultimo año habla de cómo es la
situación de los galenos. «Me encantaría quedarme pero siento que no tengo
futuro en un país donde no se valora nuestra profesión y tenemos que sobrevivir
con 8.000 bolívares, lo que equivale a unos 10 euros al mes, aunque el Gobierno
se empeñe en decir lo contrario maquillando las cifras con un cambio de divisas
irreal que solo existe en el papel y no es la realidad del bolsillo del
venezolano». La Federación Médica de Venezuela ha denunciado este año que unos
13.000 galenos han emigrado en los últimos años, de los cuales 7.600
pertenecían al sector público. Los destinos que han acogido a esta población
profesional son: España, Estados Unidos, Australia, Ecuador y Chile. La
Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), estima que
en esa casa de estudio se gradúan alrededor de entre 200 y 250 nuevos médicos,
de los cuales 40% sale del país. Existen muchos elementos para emigrar, pero
uno de los factores principales que mencionan es la inseguridad. Los médicos
venezolanos durante su jornada laboral se exponen a robos, peleas que ponen en
riesgo sus vidas. En todo los hospitales de Caracas las salas de emergencia
están precedidas por rejas de seguridad con policías que resguardan el sitio de
la delincuencia que muchas veces llegan heridos por armas de fuego y ocasionan
situaciones violentas.
El futuro es incierto en un país donde reina la polarización. Los
médicos consultados en los hospitales consideran que existen soluciones a la
agonía de la salud que vive el país, siempre y cuando el presidente Nicolás
Maduro tenga la voluntad de reconocer la crisis para poder elaborar una política
pública que la revierta, sino la situación empeorará (texto do jornalista do ABC, JORGE BENEZRA, com a devida vénia)
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