“Viajar a la Luna es
terriblemente costoso. Enviar una única botella de agua ya costaría miles de
euros, así que si alguna vez tenemos exploradores establecidos allá arriba más
vale que calmen su sed con sus propios suministros en vez de pedirlos a la
Tierra. El reciente descubrimiento de moléculas de hidrógeno, posiblemente
incluyendo agua, en nuestro satélite natural puede ser una solución al
problema. El agua lunar podría ser utilizada para beber, pero también para
otras funciones. Sus componentes, hidrógeno y oxígeno, serían útiles en la
fabricación de productos importantes para los miembros de una colonia, como
combustible para cohetes y aire respirable. Pero, ¿de dónde extraer todo eso? Observaciones
recientes del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, por sus siglas en inglés)
indican que estos depósitos pueden ser ligeramente más abundantes en las
laderas de los cráteres del hemisferio sur orientadas al polo sur lunar. «Hay
un promedio de alrededor de 23 partes por millón más que en las orientadas
hacia el ecuador», afirma Timothy McClanahan, del Centro de Vuelo Espacial
Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. Esta es la primera
vez que se ha detectado una diferencia geoquímica generalizada en la abundancia
de hidrógeno entre pendientes orientadas hacia el polo o hacia el ecuador,
según afirman los investigadores en la revista Icarus. El material que
soporta el hidrógeno es volátil (se vaporiza fácilmente), y puede estar en
forma de moléculas de agua (dos átomos de hidrógeno ligados a uno de oxígeno) o
moléculas de hidroxilo (un oxígeno unido a un hidrógeno) que están débilmente
unidas a la superficie lunar. La causa de la discrepancia entre esas dos zonas
de la Luna puede ser similar a cómo el Sol moviliza o redistribuye el agua
congelada de los lugares más cálidos a los más fríos sobre la superficie de la
Tierra, según McClanahan.
«En el hemisferio
norte terrestre, si sales en un día soleado después de una nevada, te darás
cuenta de que hay más nieve en las laderas orientadas al norte, porque pierden
agua a un ritmo más lento que las orientadas al sur, más soleadas», explica el
investigador. «Creemos que un fenómeno similar está ocurriendo en la Luna: las
pendientes orientadas al polo no reciben tanta luz del Sol como las que lo
hacen al ecuador, por lo que este material que se vaporiza fácilmente perdura
más y, posiblemente, se acumula en mayor medida, en las laderas que miran al
polo». El equipo observó la
mayor abundancia de hidrógeno en la topografía del hemisferio sur de la Luna, a
partir de entre 50 y 60 grados de latitud sur. Las pendientes más cercanas al
polo muestran una diferencia de concentración de hidrógeno más grande. El
equipo piensa que ocurre lo mismo en los cráteres del hemisferio norte, pero
todavía están analizando los datos para esta región.
A bordo de cometas
El hidrógeno pudo
llegar a la Luna en cometas y algunos asteroides, que contienen grandes
cantidades de agua. Las moléculas de hidrógeno que albergan también se podrían
crear en la superficie lunar por la interacción con el viento solar, un delgado
chorro de gas que es constantemente lanzado por el Sol. La mayor parte es
hidrógeno, y este hidrógeno puede interactuar con el oxígeno en la roca de
silicato y el polvo en la Luna para formar hidroxilo y, posiblemente, las
moléculas de agua. Después de que estas moléculas lleguen a la Luna, quedan
energizadas por la luz solar y luego rebotan en la superficie lunar; y se
atascan, al menos temporalmente, en las zonas de sombra más frías. Pero, ¿hay
suficiente hidrógeno como para ser explotado de forma eficiente? «Las
cantidades que estamos detectando son aún más secas que el desierto más seco de
la Tierra», advierte McClanahan. Sin embargo, la resolución del instrumento con
el que se han observado puede no ser suficiente y las mayores concentraciones
de hidrógeno parecen estar en las regiones sombreadas de forma permanente. Además
de ver si existe el mismo patrón en el hemisferio norte de la Luna, el equipo
quiere comprobar si la abundancia de hidrógeno cambia con la transición del día
a la noche” (texto do ABC, com a devida vénia)