terça-feira, setembro 16, 2014

Escocia y la crucial papeleta del ‘oro negro’



Segundo o El Confidencial, “David Cameron eligió ayer Aberdeen para pronunciar su último ruego unionista antes del referéndum de independencia que Escocia celebra el jueves. En febrero, la ciudad ya fue escenario de la reunión de su gabinete de ministros. El Ejecutivo no se reunía en Escocia desde los tiempos de David Lloyd George, en 1921. Por su parte, Alex Salmond también decidió celebrar en el mismo punto el congreso del Partido Nacionalista Escocés (SNP) de primavera. Está claro. Desde los años setenta, Aberdeen no es una ciudad cualquiera al norte de la frontera. Es la capital del petróleo europea y como tal se ha convertido en una de las grandes protagonistas del debate. Tras el histórico plebiscito, ¿cuál será el futuro del oro negro? Las visiones de nacionalistas y unionistas al respecto no pueden ser más diferentes. Unos y otros han tirado de informes de lo más diversos cuyas predicciones para los próximos años son o de lo más positivas o de lo más catastrofistas. No hay término medio. Pero vayamos a las cifras objetivas que existen hasta la fecha para poder valorar la situación.
Se estima que podría haber hasta 24 millones de dólares más en reservas sin explotar. La industria emplea a 450.000 personas en todo el Reino Unido y en 2012-13 pagó 6.500 millones de libras en impuestos al Gobierno de Londres Desde que las primeras licencias fueron emitidas para la extracción de petróleo y gas del mar del Norte en 1964, se han producido cerca de 42.000 millones de barriles. Se estima que podría haber hasta 24 millones de dólares más en reservas sin explotar. La industria emplea a 450.000 personas en todo el Reino Unido y en 2012-13 pagó 6.500 millones de libras en impuestos al Gobierno de Londres. El crudo de la región suministró el 67% de la demanda petrolera del Reino Unido en 2012 y el 53% de las necesidades de gas de todo el país. Si los ingresos del petróleo se incluyen en las cifras del PIB, Escocia genera más por habitante que el Reino Unido en su conjunto (26,424 libras frente a 22,336). Si se excluyen, la diferencia es mínima (20,571 libras frente a 20,873).
Una producción en declive
Desde su pico en 1999, la producción de crudo ha disminuido constantemente. Los trabajos de mantenimiento en la infraestructura y una serie de accidentes de helicópteros han causado paradas temporales en los últimos años. Por otra parte, también se ha puesto mayor atención a la salud y seguridad a raíz de la catástrofe del Golfo de México en 2010. El informe sobre la industria publicado por Sir Ian Wood (bajo encargo del Gobierno de David Cameron) hizo una serie de recomendaciones, como la creación de un nuevo organismo regulador independiente y una mayor inversión en infraestructuras para mejorar la eficiencia y explotar reservas vírgenes. Basándose en este análisis, el primer ministro británico ha anunciado la aceleración de medidas para maximizar la extracción, que ha caído un 38% en los últimos tres años por la dificultad de acceder a las reservas. Cameron también se ha comprometido a facilitar la cooperación con el sector privado para lograr extraer entre 3.000 y 4.000 millones de barriles adicionales, lo que se calcula que reportaría un beneficio para la economía británica de 200.000 millones de libras (242.000 millones de euros) en 20 años. En este sentido, el jefe del Ejecutivo asegura además que el Reino Unido, al ser “una de las diez primeras economías del mundo”, está en mejor posición que Escocia para asumir la inversión requerida así como la volatilidad del mercado, que en 2013 motivó la pérdida de un 40% de los ingresos por impuestos para el fisco británico.
Fondo soberano al estilo noruego
Por su parte, Salmond insiste en que una Escocia independiente podría soportar la volatilidad de los precios. El objetivo del nacionalista es crear un fondo soberano al estilo noruego (uno de los más grandes del mundo), dejando a un lado la décima parte de los ingresos del petróleo y el gas cada año para ayudar a compensar algunos de los problemas causados por las fluctuaciones del mercado. El fondo se incrementaría cada año con unos 1.000 millones de libras. Un informe de octubre pasado de la Comisión Fiscal del Gobierno escocés defendió la creación de dos fondos del petróleo: uno para estabilizar a corto plazo esos choques y otro a largo plazo para garantizar que futuras generaciones se beneficien también del petróleo. El líder separatista estima que prácticamente todo el crudo y la mitad del gas procederá de pozos situados en territorio escocés. Pero ¿cuál sería el territorio escocés? La formación de Salmond alega que, si se traza una línea hacia el este desde el punto en el que la frontera de Escocia e Inglaterra llega a la costa norte de Berwick, la división del fondo marino daría a Escocia el control sobre casi todos los yacimientos de petróleo y gas del mar del Norte. La formación de Salmond alega que, si se traza una línea desde el punto en el que la frontera llega a la costa norte de Berwick, la división del fondo marino daría a Escocia el control sobre casi todos los yacimientos de petróleo y gas del mar del Norte Los nacionalistas, que reclaman el 90% de los yacimientos, afirman que el mar del Norte generará alrededor de 54.000 millones de libras de ingresos en los próximos cinco años, mientras que valora su base de activos en alrededor de 1 billón de libras incluidas las reservas restantes.
Por otra parte, en caso de independencia, Edimburgo tiene intención de pedir a Reino Unido que contribuya a financiar la eliminación de 300 viejas plataformas petroleras y los oleoductos. Se trata de un escenario que, según los expertos, plantea enormes complicaciones desde un punto de vista burocrático, por no mencionar el inmenso coste económico.
La “histórica” deuda de Londres
Se estima que una Escocia independiente ganaría unos 50.000 millones de dólares anuales por el crudo, pero la eliminación de las infraestructuras inutilizables ascendería a 60.000 millones de dólares (46.000 millones de euros). Fuentes del Gobierno escocés consideran, sin embargo, que Londres ha contraído una deuda histórica. “A precios de hoy, los sucesivos Gobiernos británicos han acumulado, en conceptos de impuestos por gas y crudo, unos 300.000 millones de libras. Es justo, por lo tanto, que el Gobierno escocés solicite una contribución razonable para costear la decomisión del mar del Norte”, ha explicado un portavoz. De momento, el Tesoro británico no ha respondido de manera oficial, pero sí ha querido recordar la existencia de un informe que apunta a que los ciudadanos de una Escocia independiente tendrían que aportar más de 3.800 libras por persona para financiar el desmantelamiento: diez veces más que el coste que supondría al total de ciudadanos contando a los de Reino Unido. Las compañías que operan en el mar del Norte han avisado de que esperan que sea cual sea el resultado no perturbe demasiado la calma. Dos gigantes como BP o Shell han asegurado que reducirán sus inversiones en Escocia si se independiza”