domingo, maio 20, 2018

Boa Vista, la ciudad brasileña saturada por el éxodo venezolano

Viajar al Roraima, la montaña que divide su superficie entre Venezuela, Brasil y Guyana, supone una aventura extrema. Visitar y cruzar la frontera no dejaba de ser una experiencia turística para los venezolanos, pero desde hace cinco años se ha convertido en una vía de escape a la crisis humanitaria que vapulea al país. Boa Vista es la capital de Roraima, una localidad que se encuentra a 200 kilómetros de distancia de la frontera y a la que llegan caminando miles de venezolanos. A pesar de que las autoridades no manejan una cifra concreta calculan que este año han ingresado a la ciudad al menos unos 43.000 venezolanos. Las autoridades brasileñas llevaron a cabo ayer la segunda reubicación de venezolanos desde Boa Vista hasta las ciudades de Sao Paulo y Manaus, para poder descongestionar el paso fronterizo de una de las localidades más pobres del país. Un avión de la Fuerza Aérea Brasileña trasladó a 233 ciudadanos que llegaron a Brasil huyendo de la crisis política, económica y social que ha propiciado el Gobierno de Nicolás Maduro. Esta medida se suma a otra realizada en el mes de abril donde fueron reubicados 265 venezolanos entre Sao Paulo y Cuiba.

Ante la saturación poblacional en Boa Vista, alrededor de 2.000 venezolanos se han visto en la necesidad de dormir en las calles mientras esperan ser admitidos en alguno de los albergues dispuestos por el Gobierno. De hecho, se espera que se abran dos nuevos refugios que ya fueron anunciados en las próximas semanas.
Según las cifras publicadas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) hasta el 26 de abril 24.000 venezolanos habían pedido asilo en Brasil. Joel Millman, portavoz de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), ha segurado que se trata de «una de las más importantes crisis migratoria que se ha vivido en los últimos años, pero está siendo bien gestionada gracias a la solidaridad de los países vecinos».
«La mitad de los ciudadanos que han llegado a países latinoamericanos han logrado permisos de residencia permanentes o temporales, lo que hay que elogiar porque no es algo que ocurra a menudo», ha señalado Millman.
La OIM, ACNUR y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) son algunas de las organizaciones internacionales que ayudan a las autoridades brasileñas a garantizar el acceso a la salud, a la vivienda y a la comida de los miles de venezolanos que escapan al Estado fronterizo de Roraima. El PMA ha realizado un aporte de 46 millones de dólares para la distribución de alimentos de emergencias a 350.000 personas (ABC)

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