Escreve o El Pais que "cinco meses después de
presentar su hoja de ruta soberanista en Bruselas y con una mayoría
parlamentaria muy diezmada, Artur Mas regresó ayer a la capital comunitaria con un
mensaje bien distinto. El discurso centrado en el derecho a decidir del pasado
noviembre dio paso ayer a un fugaz recorrido por el despacho de tres comisarios
europeos con los que el presidente catalán abordó asuntos tan prosaicos como el
déficit de la Generalitat o el acceso de los Mossos d'Esquadra a los archivos
policiales internacionales. La consulta quedó en un segundo plano. Mas admitió
que, si bien Europa mira “con gran respeto” el derecho a decidir de los
catalanes, también observa con “cierta preocupación” la posibilidad de la
independencia de Cataluña. Y dicho esto, puso el acento en la situación
económica. La primera visita a Bruselas del reelegido presidente catalán se centró
pues en lo que él mismo definió como “asuntos sectoriales”. No hubo foto con
ninguno de los principales líderes comunitarios. Mas insistió en que ya se
reunió con el presidente de la Comisión y del Consejo de Europa la pasada
legislatura y que en dos años se ha reunido con dos tercios de los comisarios
europeos. Mas obvió que estos encuentros se celebraron mayoritariamente antes
de lanzar el plan soberanista. Desde entonces las visitas a dirigentes
extranjeros en activo se han reducido drásticamente, en parte por las presiones
del Gobierno de Mariano
Rajoy. Este quería evitar a toda costa lo que Mas llamaba
“internacionalización del conflicto” catalán, y que ahora el dirigente
nacionalista apoda “proceso del derecho a decidir”, una denominación que genera
menos anticuerpos en determinadas cancillerías europeas. La reivindicación del
Estado propio, advirtió Mas, no cesará, pero se hará por vías menos visibles.
De esta forma, explicó que intentará reunirse con dirigentes europeos con la
misma discreción que utilizó para verse con Rajoy en La Moncloa y con el
secretario general del PSOE, Alfredo
Pérez Rubalcaba. “No serán reuniones secretas pero sí discretas”, dijo.
Pese a haber rebajado el tono, el presidente catalán recordó que, a diferencia
de España, “donde se escucha poco y las puertas están cerradas”, en Bruselas
observa voluntad de diálogo. Así pues, recibieron a Mas la comisaria
responsable de Interior, Cecilia Malsmostöm; la responsable de Educación,
Cultura y Multilingüismo, Androulla Vassilou, y el titular de Energía, Gunther
Oettinger. Los llamados “asuntos sectoriales” dieron paso a la reivindicación
que más preocupa ahora al presidente catalán: que el Gobierno flexibilice el límite de déficit autonómico y ello
le permita hacer unos Presupuestos mínimamente digeribles por la opinión
pública, hastiada por tantos recortes. Para hacerlo, espera que la Unión
Europea flexibilice el déficit de España desde el 4.5% actual hasta un 6%
aproximadamente. En este punto Mas pide que las autonomías puedan disponer de
una tercera parte de este objetivo, con lo que la Generalitat podría acercarse
al 2%, lo que limitaría sensiblemente los recortes previstos, de 4.400
millones. Mas insistió en que las autonomías no pueden seguir con el actual
ritmo de recortes. “Quien tiene que ajustar más es el Gobierno central, porque
nosotros ya no podemos más: se está poniendo en riesgo el Estado del
bienestar”. Al mismo tiempo, insistió en que una quiebra de la Generalitat
podría ser un riesgo sistémico para la zona euro: “Si fallan las autonomías,
todo se va al garete y ya no será un problema catalán o valenciano, sino
español y de toda la zona euro”. Su plan es que su Gobierno apruebe los
Presupuestos en junio y que el Parlamento catalán los ratifique en junio"