terça-feira, junho 28, 2011

Los polícias griegos, entre la obligación y la indignación

Segundo a jornalista do El Mundo, Irene Hdez. Velasco, "hay días que pienso que tendría que quitarme el uniforme y pasarme al otro lado, unirme a las protestas de los indignados de la Plaza de Syntagma. Soy un policía, pero también soy un ciudadano al que no le gusta lo que está haciendo su Gobierno". Dimitris, un treintañero miembro de las Fuerzas de Seguridad griegas, tiene la misma duda trascendental que embarga a muchos de sus colegas. Por un lado, le pagan para poner freno a las protestas violentas de numerosos griegos contra el plan de austeridad que este lunes ha comenzado a debatirse en el Parlamento y que el Gobierno pretende aprobar mañana o el jueves. Y, por otro, no puede evitar pensar que esas movilizaciones están plenamente justificadas. "Al fin y al cabo soy un funcionario, ya me bajaron el año pasado el sueldo cuando se aprobó el primer paquete de medidas de austeridad, a mi padre que es jubilado le han reducido la pensión y aún quieren asfixiarnos más". Se calcula que, de media, los policías griegos ya han visto recortados sus sueldos en un 25%. La prueba de la indignación que embarga a muchos miembros de las Fuerzas de Seguridad es que miles de agentes de la policía y de bomberos griegos se manifestaron la semana pasada en Atenas contra el plan de medidas de austeridad que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional exigen sea aprobado a cambio de conceder un nuevo préstamo al Estado griego que evite su bancarrota. "Acabad con los recortes! Cambiad de política", se podía leer en una de las pancartas que agitaban los policías. "Hemos venido de todas las partes de Grecia para manifestar nuestra fuerte protesta e indignación por las políticas contra el pueblo que aplican nuestros gobernantes", señalaba en un comunicado la Federación de Trabajadores de la Seguridad Pública
Mensaje de solidaridad
"Con nuestra presencia en la Plaza de Syntagma queremos mandar un mensaje de solidaridad a la gente que está aquí, a su lucha espontánea sin jefes ni dueños, no sólo para evitar que sea aprobado el devastador plan de austeridad sino también para conseguir que finalmente paguen los que han credo esta crisis que pagamos todos". Sin embargo, al día siguiente de las protestas muchos de esos agentes de policía fueron desplegados alrededor del Parlamento durante el voto de confianza al nuevo Gobierno, protegiendo la Cámara de los Diputados de la cólera de miles y miles de griegos que desde la adyacente Plaza de Syntagma clamaban contra el Ejecutivo de Papandreu. Mañana, cuando comience la huelga general de 48 horas convocada por los sindicatos griegos y se sucedan las protestas callejeras contra el plan de austeridad, los policías griegos volverán de nuevo a proteger a los políticos y al Parlamento griego de la ira de los indignados. Aunque advierten: "Como trabajadores uniformados estamos en contra de que el Gobierno nos utilice como escudo frente a las luchas populares". Por su parte, los indignados de Syntangma también les lanzan una advertencia: "Exigimos a todos los altos mandos de la policía y, en especial, a sus subordinados que por una vez respeten la voluntad del pueblo y la soberanía popular que recoge la Constitución. Les advertimos de que no se atrevan a cumplir las órdenes ilegales de un Gobierno depuesto que ha ultrajado la Carta Magna griega y que ha entregado las llaves del país al FMI, al Banco Central Europeo y al sistema bancario y financiero internacional", se lee en un comunicado en www.real-democracy.gr, la página web de los indignados griegos. "Es una ocasión importante para la policía y sus miembros, y esperamos que actúen de acuerdo con su conciencia y se pongan del lado del pueblo", añaden”.

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