Canarias participa en el foro ‘España 360’, el primer encuentro de comunidades autónomas que Prensa Ibérica celebra en Madrid los días 25, 26 y 27 de noviembre y que abordará las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos, compartiendo aprendizajes y conectando a nuestro país a través de una conversación constructiva entre autonomías. Desde el inicio de la legislatura hay dos grandes asuntos que planean sobre Canarias, como dos grandes nubarrones a los que se les debe hacer frente. Por un lado, el Archipiélago lleva dos años peleando por mayores recursos y un reparto adecuado de la responsabilidad en la atención de los menores no acompañados que arriban a las costas de las Islas. Por el otro, la crisis habitacional que golpea con dureza a los residentes se hace más profunda cada mes que pasa y cada vez es más difícil para los isleños encontrar un inmueble, ya sea de alquiler o para su compra, al que poder convertir en su hogar.
Sobre el primer asunto, Canarias ha peleado duramente para hacerse escuchar y entender por el resto de las administraciones de España, encontrando unas resistencias que muchos no esperaban. Ahora, con el decreto para la distribución de menores migrantes ya aprobado, los traslados siguen produciéndose a cuentagotas. Aunque el Gobierno regional espera que los más de 5.000 chicos y chicas que acoge la comunidad autónoma estén distribuidos antes de marzo del próximo año, para poder atender a los que se queden de una manera digna, algo que no ocurre ahora por la falta de recursos.
Crisis de la vivienda
El problema de la
vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los
canarios. Los precios de las viviendas en venta se han incrementado un 14,8%
este año y los alquileres son un 7% más caros que en 2024. A esto se une una
escasa oferta que merma cada vez más las posibilidades de conseguir un inmueble
que se ajuste a la capacidad económica de la familia. El esfuerzo que deben
hacer los canarios para afrontar el pago de una propiedad es de los mayores del
país. El precio de la vivienda en las Islas está entre los más altos de toda
España y, sin embargo, los trabajadores isleños siguen teniendo los segundos
salarios más bajos. En el Archipiélago coexiste, por tanto, un binomio que no
se da en, casi ningún otro territorio: salarios precarios y un precio de la
vivienda por las nubes.
Dos factores que deben
achacarse en buena parte a la locomotora económica de la región que ha sido y
sigue siendo el turismo. La alta demanda extranjera tira hacia arriba del
precio de las casas, al mismo tiempo que una parte de ellas ha migrado del alquiler
tradicional al vacacional, limitando todavía más el parque disponible para los
residentes. La regulación de esta actividad también ha traído cola en esta
legislatura, ya que la ley que se tramita en el Parlamento canario no gusta
nada a quienes se dedican al alquiler turístico en las Islas, que defienden que
es una manera de hacer llegar los ingresos del turismo directamente a las
cuentas de muchas familias canarias.
Turismo
En los últimos cuatro
años, el turismo no ha dado síntomas de agotamiento. Las llegadas y la
recaudación se han mantenido en niveles récord, a pesar de las críticas hacia
el modelo y las manifestaciones que han reclamado mejoras en la distribución de
la riqueza que genera la actividad. Pero en los últimos meses sí que ha
aparecido algo digno de preocupación, con el descenso de las reservas de cara a
la temporada de invierno.
De que los salarios sean más bajos en Canarias que en otras comunidades también tiene cierta responsabilidad el sector servicios, que el 87% de los ocupados. Empleos que, normalmente, exigen menor nivel de cualificación que los que generan los grandes motores económicos de otras regiones de España y por tanto están peor pagados. Otro aspecto que el Archipiélago debe abordar son los altos niveles de desigualdad, algo que lejos de mitigarse, crece cada año que pasa. El 1% de las familias del Archipiélago acapara el 27% de la riqueza, pero es que incluso tienen más que el 50% de los hogares más pobres. Algo que evidencia que las medidas para la redistribución de la riqueza están fallando. El Archipiélago también se enfrenta al reto de adecuar sus infraestructuras a una masa turística cada vez más abultada y a una población creciente, motivada por la llegada de nuevos residentes. Carreteras, infraestructuras de saneamiento y generación de agua e incluso la atención sanitaria están dando síntomas de saturación, al haber sido planeadas cuando las necesidades de las Islas, sobre todo aquellas más turísticas, eran totalmente diferentes (El Periodico de Espanha, texto da jornalista Dalia Guerra)


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