Pagar una hipoteca
resulta hoy más barato que alquilar en Canarias, y no es que ninguna de las dos
opciones sea económicamente accesible, pues el contexto actual marca precios
récord en una crisis de la vivienda que recuerdan a una España previa al boom inmobiliario.
El último informe de Fotocasa pone el foco de la situación habitacional en los
altos precios del arrendamiento, que ya dejan, incluso, a los elevados costes
de adquirir un hogar en ‘buen lugar’. Los datos apuntan a que los canarios
destinan una media del 38% de su salario a la renta mensual de una casa
mientras que comprarla supone un 30% de sus ingresos al mes. Eso sí, los
porcentajes no tienen en cuenta los ahorros necesarios para acceder a la
financiación y que es uno de los principales obstáculos de quienes quieren
tener un hogar en propiedad –además de la escasa oferta en el parque
inmobiliario del Archipiélago–.
Los canarios ya percibían esta realidad. De hecho, otro análisis del mismo portal inmobiliario explicaba que el 69% de la población considera que el precio actual del arrendamiento convierte la opción de firmar una hipoteca para la compra de un inmueble en una decisión más atractiva. Una cifra que se refuerza con un 48% de los isleños que califican el pago del alquiler como una manera de «tirar el dinero».
Esta situación ventajosa
para las hipotecas se reproduce en ambas provincias, aunque con distintas
proporciones. En la provincia de Santa Cruz de Tenerife, el esfuerzo medio
destinado al pago del alquiler –es decir, la parte del salario que se emplea
para cubrir el arrendamiento– se sitúa en el 39%. Esto significa que, tomando
como referencia los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE),
en los que la nómina media del canario era de 1.730 euros brutos en el segundo
trimestre de 2025, el alquiler medio ronda los 675 euros. En el caso de las
hipotecas, el esfuerzo económico desciende cuatro puntos, hasta el 35% del
salario dedicado a mantener una vivienda en propiedad.
Los datos
En la provincia de Las
Palmas, los alquileres resultan ligeramente más bajos, con un esfuerzo del 37%,
frente al 39% registrado en las Islas occidentales. En cuanto a la compra
venta, el porcentaje se reduce al 25%, lo que marca una diferencia notable. Los
12 puntos que separan el coste del arrendamiento y el de una hipoteca reflejan
el momento actual de la crisis de la vivienda, en el que adquirir una propiedad
puede resultar más económico que alquilar, al menos por ahora.
A nivel nacional, una
familia debe destinar de media un 36% de sus ingresos si quiere alquilar una
vivienda, mientras que para comprar la cifra baja a un 25%. Así, la adquisición
de un inmueble en propiedad es la única manera de mantener el umbral de esfuerzo
económico por debajo del 30% que recomiendan instituciones como el Banco
Central Europeo (BCE) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE). En otras palabras, los isleños hacen un sobreesfuerzo de, al
menos, un 8% mensual: unos 138,4 euros más en base a los últimos datos sobre el
coste laboral del Instituto Nacional de Estadística.
En este panorama el
mercado de la compra y venta residencial ha recuperado los niveles de actividad
de antes de la pandemia. La bajada de los tipos de interés y el retroceso del
euríbor han favorecido una actividad en el sector en su fase más sólida de los
últimos 18 años, lo que ha favorecido el retorno del 21% de compradores al
mercado español, según el último informe de Fotocasa. Por lo tanto, el estudio
explica que si el ritmo actual –de en torno a 60.000 transacciones mensuales–
se mantiene, 2025 cerrará con más de 700.000 operaciones, un volumen que no se
registraba desde 2007. En contra, la alta demanda de vivienda supera con creces
la capacidad de oferta de vivienda, provocando un gran déficit de inmuebles.
Por cifras, Canarias cerró el año pasado con un total de 2.889 nuevas
construcciones de edificios residenciales pese a que la demanda exige alrededor
de 44.000 nuevas viviendas. Es decir, tan solo se cubrió un 7% de la necesidad
habitacional existente.
El mercado
Además, del informe se
desprende que por cada vendedor que interactúa con el mercado hay casi siete
potenciales compradores, una brecha que no solo se amplía, sino que también
alimenta la presión sobre los precios y dificulta el acceso, especialmente para
las rentas bajas y los jóvenes.
En el caso del mercado
del alquiler, cada vez más ciudadanos evitan está inversión y se decantan por
la compra ante la imposibilidad de asumir rentas en máximos históricos. Pues
bien, el encarecimiento a nivel nacional alcanza ya el 18% interanual en octubre,
el incremento más elevado de toda la serie histórica desde que en Fotocasa
existen registros. Además, el precio por metro cuadrado (2.789€) se sitúa
apenas un 5,5% por debajo del máximo registrado en la burbuja de 2007, por lo
que todo apunta a que 2026 será el año de los precios históricos.
La falta de ahorros pone
una barrera entre quienes pueden acceder a una hipoteca y quienes no tienen
otra opción que alquilar. El retrato más común entre los demandantes de compra
de vivienda corresponde todavía levemente a un hombre. De este modo, mientras
que en agosto de 2024 el perfil se repartía entre el 54% masculino y el 46%
femenino, doce meses más tarde la correlación es del 52% y el 48%. En cuanto la
edad, se observa que la presencia de los más jóvenes cae, lo cual provoca que
la media general ‘cumpla’ un año más: de los 40 del ejercicio anterior a los 41
actuales.
En concreto, según el informe del portal inmobiliario, en agosto de 2024 había un 54% de las personas entre 18 y 24 años en España que habían realizado alguna acción en el mercado inmobiliario en los doce meses precedentes. Ese porcentaje, en el mismo mes de 2025, desciende al 44%. Así, el segmento más joven tiene otros dos rasgos particulares: por un lado, es el único en el que la demanda de alquiler supera a la de compra; y, por otro, un significativo 16% de quienes están entre los 18 y los 24 años ha alquilado o intentado alquilar una habitación en un piso compartido, un porcentaje mucho más alto que en el resto de tramos de edad (La Provincia, texto da jornalista Irene Mederos)

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