Segundo
o ABC, “a unque en la actualidad Vladimir Putin se traslada a bordo de un
Mercedes-Benz Clase S Guard Limousine como el que recogemos sobre estas líneas
(la denominación Guard responde, en la firma de la estrella, a sus modelos
blindados, habitualmente dirigidos a políticos y grandes empresarios de todo el
mundo), hasta en comitivas de unos 90 vehículos para las que se cierran calles
y autopistas, en un futuro no lejano podría hacer lo propio acomodado en un
automóvil creado sólo para él de la mano de la firma rusa Marussia en
colaboración con Zil, compañía encargada en aquel país de la producción de este
tipo de coches en tiempos de la extinta U.R.S.S. El nuevo modelo, una creación
para la que Marussia Zil ha convocado un concurso atendido por 120 proyectos,
habría recalado finalmente en manos del tándem formado por el holandés Bernd Weel
y el ruso Yaroslav Yakovlev. Su propuesta, que también reflejamos junto a estas
líneas y que no está exenta de rasgos conocidos en los otrora gigantescos
modelos reservados al establishment soviético (desde el negro dominante de la
carrocería a los verticales frontal y parabrisas) y hasta de algún modelo
británico de postín, sería la de un gran automóvil único todo lujo dotado de
las máximas medidas de seguridad y comunicaciones, a imagen y semejanza del
poderoso automóvil que, sin ir más lejos, traslada a Barack Obama. Sobre aquel,
se trata de un exclusivo Cadillac específicamente desarrollado por General
Motors para el presidente norteamericano popularmente conocido como «The Beast»
(o la bestia), un mote propio de sus exigentes especificaciones en materia
protección, por otra parte sujetas al mayor de los mutismos”.