sábado, setembro 01, 2012

Opinião: "La relación amor-odio de Europa con los mercados financieros"

"Por qué insiste Europa en morder la mano que le da de comer? El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, advirtió esta semana del "desafío" de los mercados financieros mientras los países llevan a cabo los ajustes políticos tan necesarios. La idea de que los mercados están, en cierto modo, atacando a la eurozona se ha convertido en un recurso que utilizan los políticos para repartir responsabilidades. Van Rompuy no explicó exactamente en qué consiste el "desafío", pero aseguró que Europa estaba dispuesta a ayudar a España si los inversores siguen evitando la compra de deuda española. Van Rompuy argumenta que las medidas que han adoptado Europa y España contribuirán a mejorar la situación del sistema bancario español, a recuperar la confianza y a estimular la economía española. El problema es que los inversores institucionales tienen motivos para ser escépticos. No se puede considerar un "desafío" negarse a jugar con el dinero de otros invirtiendo en deuda pública española, dado el historial de la eurozona de grandes soluciones a la crisis de deuda que han fracasado. De hecho, dado el alto nivel de rentabilidad, resulta perjudicial para los inversores no tener deuda española si ésta está referenciada a índices en los que también está incluida España. Mientras, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi declaró el miércoles en un editorial publicado en el diario alemán die Zeit que los mercados están siendo influenciados por "temores irracionales". Ese seguramente sería el mensaje del BCE a los inversores que temen una desintegración de la eurozona y la posibilidad de terribles pérdidas si se les devuelve el dinero en las nuevas divisas nacionales. La idea de que estos temores son irracionales y que interfieren en la capacidad de la política monetaria de llegar a las economías subyacentes justifica la compra de bonos del BCE. No obstante, no resulta descabellado que los inversores alberguen estos temores, dada la gran cantidad de comentarios de los políticos europeos sobre la posibilidad de una salida de Grecia de la eurozona, lo que desencadenaría más temores de que otros países corran la misma suerte. Hay que recordar que a principios de 2010 los políticos les decían a los inversores que era totalmente irracional temer un impago en Grecia. Se podría decir que la mayor amenaza que representan los inversores no es su actual actitud de "desafío", sino su tendencia a dejarse llevar por comportamientos alcistas irracionales en épocas de prosperidad. El junio de 2007, la rentabilidad del bono griego a diez años solo estaba 0,22 puntos porcentuales por encima de la deuda alemana, y los inversores no mostraban ningún indicio de preocupación sobre el gasto público griego o su falta de competitividad. Una conducta parecida en el resto de países permitió que los países de la eurozona evitaran tomar decisiones drásticas para fomentar su competitividad con reformas económicas, que ahora tienen que introducirse en plena recesión. Si los mercados financieros hubieran mostrado una actitud más desafiante durante el boom, quizás, la caída habría sido menos drástica" (texto de Richard Barley no Expansion, com a devida vénia)

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