terça-feira, outubro 07, 2014

História: “Heil Hitler! Con amor, vuestro papi"...




Escreve o jornalista do ABC, Javier Zurro: “Las líneas que abren este texto podría haberlas escrito cualquier persona. Es un extracto de una carta de alguien que echa de menos a sus seres queridos. Se preocupa por ellos e incluso alerta para que no olviden el cumple de la abuela. Nada raro, de no ser porque la persona que escribió esta carta en 1941 fue Heinrich Himmler, el comandante nazi que ideó y ordenó la matanza de millones de personas. Pocos días después de escribir esta carta, el 29 de julio de 1941, daba la voz de mando para exterminar a todos los judíos. Quería asesinar en masa a todos aquellos que no cuadraran con su ideal de pureza étnica. Mientras cometía las mayores atrocidades que ha conocido la historia, Himmler seguía comportándose en sus cartas a su familia como una persona normal. No hay rastro de cargo de conciencia o de duda sobre lo que hacía. Todas las cartas que mantuvo con su esposa y con su hija desde 1927 a 1945, cuando se suicidó ingiriendo una cápsula de cianuro, han sido recogidas en el libro Himmler según la correspondencia con su esposa, de Katrin Himmler y Michael Wildt (Editorial Taurus). La sobrina nieta del asesino y Wildt, catedrático de historia alemana, han recopilado cartas que durante muchos años se creyeron perdidas para realizar un recorrido por la vida del Comandante Nazi. Un viaje desde que conoce a su futura esposa, hasta su suicidio, pasando por la Segunda Guerra Mundial. En todas las misivas destaca lo poco que afecta a Himmler su labor y sus acciones. Sólo las menciona de pasada, gages del oficio. Muestra su cansancio, su preocupación por lo mucho que queda por hacer, pero nunca una duda moral sobre su plan genocida.
Choca ver las declaraciones de amor a su futura esposa, la preocupación por su hija, o verle despedirse con un ‘Tu heini’, sabiendo que horas antes viajaba a Auschwitz. Por ello el libro alterna cada carta y la respuesta ofrecida por su mujer o su hija con una explicación histórica de dónde se encontraba en aquellas fechas y qué ocurría dentro del partido nazi o en la Guerra en aquellos momentos. Muchos se acordarán de Hannah Arendt y su teoría de la banalidad del mal cuando lean las cartas que escribía Himmler, pero como cuentan los autores en la introducción del libro, él no fue una simple rueda en el engranaje nazi, sino que le gustaba lo que hacía y quería hacerlo lo mejor posible. “Sus misivas no transmiten la impresión de duda, de remordimiento. Ambos se sabían aliados en la autenticidad y la necesidad de su labor”, explica el libro. A pesar de que no se hable explícitamente de las masacres ambos se muestran seguros de sus acciones y Marga, su mujer, cómplice de las mismas. No alardeaba de ello ya que lo tomaba como un deber más dentro de su trabajo.
Cartas perdidas
Las cartas utilizadas para este libro han ido apareciendo en distintas partes del mundo y en distintas épocas. La primera remesa, ya conocida, fue guardada por un soldado estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial, y fueron cambiando de manos hasta llegar al Archivo Federal de Coblenza en 1990. Estos escritos contenían solo las cartas de Marga Himmler, pero no las de su marido. A mediados de 1980 aparecen en Israel por arte de magia más cartas privadas de la familia Himmler, entre ellas más de 200 que Heinrich escribió a su esposa entre 1927 y 1945 y que centran el libro que ahora se publica. Nadie sabe cómo aparecieron allí. Una versión habla de que un superviviente del Holocausto las había conseguido en un mercadillo en Bélgica en los 60, otros cuentan que las consiguió en México de manos de la antigua secretaria der Karl Wollf, amigo de Himmler. Desde los 80 ese material pasó a ser propiedad de la realizadora israelí Vanessa Lapa, que rodó con las cartas el documental El decente, que se presentó en el pasado Festival de Berlín. Gracias a todas estas colecciones Himmler se ha convertido en el miembro del partido nazi del que se tienen más documentos personales, que han permitido ver cómo no fue un simple peón en el plan de Adolf Hitler, sino que fue uno de sus más estrechos colaboradores y el gran ideólogo de la Solución Final”